UNA MIRADA HACIA LA INFANCIA

El valor del águila

Por: Psic. Laura Beltrán Padilla*
jueves, 27 de enero de 2022 · 00:23

El águila real es un ave emblemática, de gran prestigio en nuestro país, tanto que, desde hace tiempo, se incrustó en objetos como parte de la historia y patrimonio cultural. Una moneda sigue representando valor y se usa para el intercambio, además, ha formado parte de un juego en la toma de decisiones; seguramente recordarán el famoso: águila o sol.

El águila, en particular, simboliza fuerza, poder, agilidad, tenacidad, valentía y libertad. Por lo general, a las aves las consideramos frágiles, pero a esta no, algunos, inclusive la han considerado símbolo de espiritualidad.

Vive unos 70 años, y, cuando su pico y garras se deterioran, persigue el refugiarse en lugares altos, se quita con golpeteos el pico, las garras y plumas - ya viejas - para reconstruirse: Se desprende de lo viejo y renueva para obtener fuerza por mayor tiempo.

Desde temprana edad se tiene cierta conciencia del coste de ciertos objetos como lo es la moneda, aunque pocos se dan a la tarea del saber cómo se obtienen ciertos recursos en casa. Nos hemos vuelto prácticos y no profundizamos mucho: Solo en el privilegio del tener y, otros tantos, de exigir.

El valor del dinero, ahorro e intercambio, considero deben promoverse desde que el niño tiene cierta madurez. Un preescolar debe tener conciencia del trueque, lo que implica la obtención de ciertos recursos para satisfacer necesidades como lo es el alimento. De esta forma desarrollará mayor respeto hacia el entorno y al adulto que provee.

Tal vez algún abuelo o tío realicen aún su respectivo regalo dominical, obsequio de una o varias monedas, si bien les va, y lo entreguen a una mano pequeña que tengan frente a sí, como símbolo de amor incondicional. Con ello viene, seguro, una sonrisa y una que otra golosina.

Hoy en día, poco se promueve el ahorro, una moneda llega nada más porque sí o por el privilegio de realizar ciertas tareas. El ganarla, no cabe duda, desarrolla cierta motivación y satisfacción. Las monedas ya no pesan como antes, son tan diminutas que cuesta trabajo reconocer su valor.

A la vez, se obtienen privilegios de manera más fácil, ya que interviene muy seguido el chantaje emocional y culpa, por el tipo de crianza, e inclusive de cierta ausencia: carencia de juego entre pequeño y adulto.

Así como lo hacen las aves de manera instintiva: preparan el nido, tienen polluelos, los aseguran y al poco tiempo, los echan a volar, así es importante con los hijos, enseñarles el sentido y valor de las cosas; el esforzarse por obtenerlas. También inculcar el respeto al pasado, el patrimonio y motivar a la mejora de bienes.

Qué bonito es el recibir el regalo de una herencia en vida, el aprender del adulto cercano a ganarse el sustento y disfrutarlo. No solo es una casa, propiedad o bien heredado, sino darle el reconocimiento, mantener y mejorar ese recurso tan preciado.

Pregunto a un pequeño: “¿Qué quieres ser en un futuro?” “No sé”. “¿Qué te gustaría disfrutar ahora?” “No sé”. La apatía, no cabe duda, impera. Los infantes están siendo dopados por intereses más superfluos. ¿Qué jóvenes y adultos tendremos a futuro? Para generar cambios, hay que intentar hacer las cosas distintas. Tenemos un gran reto hoy en día.

Como el águila crece, se desarrolla en plenitud, pasa su estafeta a los siguientes al volar, los adultos deben enseñar a los pequeños a través de ciertos valores: Que se fomente el respeto al pasado, presente y futuro. El águila aguerrida nos enseña de resiliencia. Intentar volar y ver nuevos horizontes.

*Posgrado en psicoterapia de niños

laurabelpad@gmail.com

 

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