Los retos y la esperanza de los ciudadanos para 2022

Es increíble que además de la incertidumbre sobre el destino económico que deparará a los mexicanos este 2022; la esperanza de los ciudadanos en Baja California sea, que políticamente los gobiernos de Morena se pongan de acuerdo y cumplan el compromiso de gobernabilidad, por la confianza que les otorgaron los ciudadanos al elegirlos.

Con un Gobierno Federal que polariza un día y otro también. Un exgobernador que no quiere dejar el poder y un nuevo gobierno que no termina de asumir la rienda del estado y un gobierno municipal, que no reconoce su compromiso con los ciudadanos sino con su exjefe, mientras que los problemas que agobian a las familias del Estado y municipio continúan creciendo.

Lo grave es que todos son emanados del mismo partido político; lo que debería ser una ventaja, se ha convertido en un lastre para los ciudadanos que quedan en medio de este pleito político.

Así pinta el inicio del 2022 que llega en un escenario nacional de los mas complicados que se han vivido en la historia moderna de nuestro país; en parte por la pandemia que ha cobrado muchas vidas y por otra, las decisiones erróneas que ha tomado el gobierno federal en nombre de la Cuarta Transformación; decisiones que han generado bajos niveles de crecimiento económico, mayor desigualdad y los peores índices de inseguridad.

En el ámbito estatal la inseguridad que tiene sumido al estado en la violencia, situándolo dentro de los más violentos del país, de acuerdo con la información de las propias cifras oficiales, del Consejo de Seguridad Ciudadana.

La economía con una expectativa de bajo crecimiento, alza de impuestos y poco o nulo apoyo a la generación de empleo. La pandemia que no cesa, la falta de vacunas a los niños y jóvenes quienes además de ser víctimas de la pandemia, también son víctimas de un sistema educativo deficiente y de baja calidad que ha expuesto y profundizado más la desigualdad.

Y en el ámbito municipal el panorama no puede ser peor, pues en medio de las desavenencias con el Estado, están de nuevo los ciudadanos sus necesidades y sus demandas.

Unas finanzas municipales presionadas por la deuda pública que sigue creciendo sin control, la retahíla de obras inconclusas sin garantía de previsión presupuestal. La ciudadanía presionada por el deterioro de las calles y demás infraestructura en toda la ciudad; rodeada de agua y sin agua para la vida de sus habitantes; ineficiencias que se traducen en mayor gasto para los bolsillos de la gente.

La inconformidad de la ciudadanía organizada y de a pie, agobiada por la cuesta de enero que los recibe con alza de impuestos y derechos municipales, con un gobierno insensible ante una economía agobiada por la pandemia y una inseguridad que aterra.

Un gobierno que no se ajusta el cinturón y menos se preocupa por ser transparente y erradicar la corrupción.

En este contexto político y con este perfil de gobierno que tenemos, lo que va quedando cada vez más claro, es que la esperanza de una ciudad está en manos de sus ciudadanos, quienes tendrán que sacar la casta y organizarse; por un lado, para exigirle a los gobiernos que cumplan con su responsabilidad. Y por otro establecer el rumbo que la ciudad debe seguir.

Ensenada se merece ser una ciudad inteligente, de vanguardia, que ofrezca calidad de vida a sus habitantes y a quienes la visiten; en donde se respete al medio ambiente.

Más allá de partidos políticos que ya han dejado de manifiesto cuáles son sus verdaderos intereses.

El gran reto 2022 es de los ciudadanos, que asuman su responsabilidad de patrón del gobierno y le exijan cumpla sus obligaciones. Y que construyan el destino de Ensenada o lo que queda de ella.

*Ex diputada federal