Libertad y pandemia

¿Qué es la libertad? a esta palabra la podemos definir como la facultad de hacer y de actuar por parte de un individuo, también es un derecho de este que se ejerce precisamente en su interacción social con el resto de la comunidad; por ello S.S. el Papa Juan Pablo II reflexionaba diciendo que esta no conlleva precisamente en hacer aquello que nos gusta, sino que es el derecho a hacer lo que estamos obligados a realizar.

A estas alturas del fenómeno pandémico del Covid-19 en el cual llevamos inmersos casi dos años, en medio de medidas de reclusión al principio y de control después, así como haberse vivido el proceso de vacunación de la población, este virus no da tregua alguna y sigue propagándose de manera exponencial ahora con sus nuevas variantes se dice menos peligrosas, pero más contagiosas.

Y es precisamente en el marco de los procesos de vacunación donde encontramos que actualmente sigue habiendo personas que se niegan a vacunarse aduciendo básicamente que estás no tienen ningún beneficio en la salud o lo peor que el virus que nos ocupa no existe, además minimizar el uso de las mascarillas o la aglomeración en lugares públicos.

Esto es un fenómeno que no solamente es propio de alguna sociedad en concreto, lo podemos ver en un ejemplo claro como lo es el del deportista Novak Djokovic, opositor a vacunarse; y que fue recientemente expulsado de Australia por no contar con un certificado de vacunación para participar en el abierto de tenis.

En lo personal conozco alguna que otra persona en nuestra comunidad que piensa así y que despectivamente refiere que esta enfermedad solo afecta a las personas de la tercera edad y aquellos que padecen obesidad o enfermedades relacionadas con ella, los cuales con ello solo demuestran su desprecio hacia las otras personas y al resto de la sociedad.

En esta reflexión conviene citar la frase “mi libertad se termina dónde empieza la de los demás” dicha por Jean Paul Sartre, esto es, sí bien es cierto que somos libres de actuar y de pensar, nuestra libertad se encuentra acotada precisamente por las normas de nuestra sociedad y aun siendo un derecho también la salud es uno igualmente de carácter universal ambos esta decir de más previstos y consagrados en nuestro máximo texto constitucional.

En este tenor, en días pasados la Coepris decía que el certificado de vacunación debía de exigirse en los comercios y establecimientos comerciales abiertos al público en general, rectificando posteriormente esta postura para dejarlo como una opción de quien quiera solicitarlo, esto por el revuelo y oposición que se ocasiono en redes ante tal noticia.

Ahora bien, parece que olvidamos que ¡el derecho humano a la salud debe estar en el centro de las consideraciones políticas públicas! y que, en consecuencia, toda decisión tomada para privilegiar la economía por encima de este derecho resulta excluyente y discriminatorio ya que privilegia al capital en detrimento de las mayorías; pues los hechos nos indican que sí y no solo es un problema de la autoridad también lo es de la sociedad en general.

En consecuencia y dentro del marco de nuestro derecho a la libertad debemos pugnar porque la vacunación sea de carácter obligatoria y se haga más extensiva ahora en beneficio de los niños y niñas que las medidas tales como la solicitud de certificados sean de carácter extensivo y obligatorio ya que por encima de la libertad de quienes se niegan a vacunarse o acatar las medidas, esta el derecho a la libertad y a la salud de todo el resto de la sociedad.

*Licenciado en derecho, maestro en juicio orales

jperezayola@gmail.com 

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