UNILATERALES

Los diputados locales y federales, así como los senadores y regidores que supuestamente representan a los ensenadenses, no se molestaron en consultar a sus representados si estaban de acuerdo o no con las leyes de ingresos que se aprobaron en el ámbito estatal y federal.
Ninguno de los legisladores y ediles que ocupan sus escaños gracias al voto de los electores de este municipio, aprovecha la tecnología digital para conocer en tiempo real el pulso social, y se han convertido en levantadedos.
¿Hace cuánto tiempo que Isaías Bertín, Armando Reyes, Claudia Agatón, Montserrat Murrillo, Jaime Bonilla, Alejandra Gastélum o Nancy Sánchez, convocaron a algún foro de consulta? La respuesta es sencilla: jamás. Así que por favor no hablen de democracia.

PRI EN LA MIRA
El bajacaliforniano Gustavo de Hoyos Walther, ex dirigente nacional de la Coparmex y fundador de Unid@s y de Sí por México, declaró que el futuro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) dentro del bloque opositor, con miras a las elecciones del 2023 y 2024, dependerá de cómo vote la reforma electoral que propone el gobierno federal.
Además, dijo que la posibilidad de que Movimiento Ciudadano participe en la coalición opositora no está cancelada, y reiteró que para lograr una nueva alternancia en 2024 en México requerirá la postulación de un abanderado de unidad.
“Estamos trabajando en las bases de lo que será el Gobierno de coalición y esto tiene un prerrequisito, que es ganar la elección, y para ese propósito nosotros hemos señalado que va a ser altamente recomendable, por no usar la palabra indispensable, que haya un candidato presidencial de unidad de toda la oposición.
No que no nos guste que haya 3 o 4 (candidatos), sino que las condiciones actuales del país, los números lo que ponen en la mesa es que si hay más de algún candidato presidencial de oposición es altamente probable que esto divida al voto opositor y por consecuencia gane el oficialismo.
Sin embargo, Gustavo de Hoyos señaló que no es partidario de quienes piensan que México necesita un bipartidismo; “algunos dicen que sí, que hacía allá debemos de evolucionar, pero yo creo que en este país nuestra historia nos da para tener varias expresiones, tres o cuatro fuerzas políticas que tengan presencia regional significativa en el Congreso; pero en este momento, de cara a las elecciones del 2024, el que la oposición en su conjunto logre procesar una candidatura de unidad, primero, legitimada; segundo, que sea inspiradora y, tercero, que se defina con la suficiente oportunidad, es decir, al cuarto para las 12 ya no sirve para nada, aunque tengas al Papa Francisco de candidato o al futbolista más reconocido”.
Reiteró que “la prueba de amor” es la votación de la reforma electoral. “Yo lo digo categóricamente: si el PRI más allá del discurso, si el PRI con los votos en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores traiciona a la coalición opositora o aprueba una reforma lesiva para la democracia mexicana, a modo para el gobierno, creo que sus días en la coalición van a estar contados”.

ENCUESTA MORENISTA
Acostumbrados a realizar “encuestas” a modo de los caprichos presidenciales, Morena presentó su propia encuesta sobre la reforma electoral para compararla con la que hizo el INE en septiembre pasado, y reportó que la aprobación a un cambio de reglas creció del 51 al 60 por ciento, pero también reconoció que subió de 65 a 76 por ciento la valoración positiva del desempeño del organismo electoral.
“El INE sale incluso mejor que en otras mediciones”, destacó el director de la agencia Parametría, Francisco Abundis, encargado de levantar el estudio.
“Coincide nuestra encuesta que se evalúa bien al INE, el INE está bien posicionado en la opinión de la gente, pero al mismo tiempo reconoce que todavía se puede lograr más”, dijo el presidente nacional de Morena, Mario Delgado.
Los encuestados se identificaron más con Morena y, en comparación con el ejercicio del INE, el interés por la política bajó de 33 al 21 por ciento.
Al respecto, Abundis atribuyó estos datos a la identificación con Morena entre los encuestados y al menor interés en la política a que la encuesta fue hecha casa por casa y no por teléfono, como la del INE.