DESDE EL VIGÍA

El mensaje

lunes, 14 de noviembre de 2022 · 01:42

El ex consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE, hoy INE), José Woldenberg Karakowsky, fue el único orador al final de la marcha en defensa del INE, que concluyó ayer en el monumento a la Revolución de la capital del país, movilización que se replicó en las ciudades más importantes de México.
“Estamos aquí reunidos con un solo objetivo claro y trascendente: defender el sistema electoral que varias generaciones de mexicanos construyeron, que ha permitido la convivencia y competencia de la pluralidad y la estabilidad políticas, la trasmisión pacífica de los poderes públicos y la ampliación de las libertades”, manifestó de entrada.
También sostuvo que “(…) como país fuimos capaces de edificar una germinal democracia. Dejamos atrás el país de un solo partido, de un presidencialismo opresivo, de elecciones sin competencia ni opciones auténticas, de poderes constitucionales que funcionaban como apéndices del Ejecutivo, de medios de comunicación mayoritariamente oficialistas, para abrirle paso a la expresión y recreación de la diversidad política, a elecciones libres, disputadas y creíbles, a congresos plurales, gobiernos de diferente orientación, pesos y contrapesos en el entramado estatal y, sin duda, una espiral virtuosa que amplió el ejercicio de las libertades”.
Recordó que “ocho reformas se llevaron a cabo entre 1977 y 2014 y los resultados están a la vista. Fue necesario edificar autoridades electorales autónomas, tribunales capaces de desahogar la aguda conflictividad, construir condiciones equitativas de la competencia, puertas de entrada y salida para las distintas corrientes políticas que cristalizaron en partidos, y de manera paulatina pero sistemática nos acostumbramos a la diversidad, a las contiendas competidas, a las alternancias en los ejecutivos, a los congresos plurales y a los mecanismos de diálogo, negociación y acuerdo que los mismos reclamaban”.
Woldenberg destacó que “la titularidad del Poder Ejecutivo ha cambiado y lo ha conquistado el partido A, el partido B y el partido C. El Poder Legislativo ha recogido los cambios en las preferencias políticas de millones de mexicanos; las minorías de ayer son las mayorías de hoy y en todo el país, ese proceso se repite y se ha naturalizado a lo largo de casi tres décadas. 
No llegamos a una estación final. Tampoco a un paraíso. Apenas a una germinal democracia pero que nos ha permitido asentar la pluralidad política y que la misma pueda coexistir y competir de manera pacífica”.
Sin embargo, alertó que “México no puede volver a una institución electoral alineada con el gobierno, incapaz de garantizar la necesaria imparcialidad en todo el proceso electoral. Nuestro país no merece regresar al pasado porque lo construido permite elecciones auténticas, piedra angular de todo sistema democrático”.
Apuntó que México no puede centralizar todos los procesos electorales en dos instituciones descomunales, no sólo porque somos -según la Constitución- una república federal, sino porque ni el INE ni un solo Tribunal podrán realizar con eficiencia lo que hoy encuentra cauce y solución en 32 entidades soberanas.
Al respecto, refirió que, desde la última reforma electoral en 2014, se han disputado en los estados y la Ciudad de México, 55mil 336 cargos de elección popular, entre ellos 55 gubernaturas, 93 legislaturas y 5 mil 932 ayuntamientos. 
Tan sólo el año pasado los institutos estatales registraron 275424 candidaturas locales. Con tales números, cuestionó: “¿es deseable y posible concentrar, centralizar y administrar ese universo político en una sola institución?

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