BAÚL DE MANÍAS

Tres tigres tragan trigo ¿Y qué tieneee?

Por: Ma. Cristina Álvarez-Astorga
jueves, 17 de noviembre de 2022 · 00:00

Hay cosas que se dan de tres en tres, y que ni qué. ¿O qué? Por ejemplo… Ahí tiene usté a… Jesús, María y José (¡Aaaaachú!)… Salud.
En hablando de música, de que las hay, las hay… Por ejemplo, el Triple Concierto de Beethoven, Op. 56, para violín, chelo y piano tiene un lugar especial en el contexto de su vasta y versátil obra. Oh yéah. Dicen los que saben que “revela su espíritu revolucionario y (aunque usted no lo crea) su sentido del humor, tanto en su sofisticada arquitectura como en su lenguaje musical”. 
Siempre inventivo, creativo y original, aquí Beethoven escenifica una lujosa fiesta musical rebosante de melodía, o sea, una fiesta a todo lo que da: Un “parisón”, diríamos acá.
Al respecto, el fabulético chelista Yo-Yo Ma dice-dice: “En el Triple Concierto, es la invención constante lo que siempre me toma por sorpresa. Me encanta que la pieza sea tan festiva, tan positiva”. 
Es una obra escrita entre 1804 y 1805. Se estrenó «oficialmente» en 1808, en los conciertos de verano del palacio de Augarten, en Viena, Austria. Es probable que en ese estreno los solistas hayan sido Ignaz Schuppanzigh (violín), Anton Kraft (chelo) y el propio compositor, al piano.
Uno de los primeros biógrafos de Beethoven, Anton Schindler, sostenía que el Triple concierto fue escrito para un destacado pupilo de Beethoven, el archiduque Rodolfo de Austria, quien, bajo su tutela, logró ser un consumado pianista y compositor. 
Al momento de componer el triple concierto, Beethoven era un chicuelo de treinta y tantos años. Tal vez esa es la razón por la cual la parte para piano es a la vez vistosa y fácil, mientras que las partes para violín y chelo son más complicadillas. Probablemente Beethoven ya se sentía Juan Camaney if you know what I mean. 
¿Qué es ser un Juan Camaney? … “Quiubole muñeca, mucho gusto, soy Juan Camaney: Bailo tango, masco chicle, pego duro y tengo viejas de a montón ¡Tururú!” Ja ja ja.  De hecho, mi abuelita decía que fulano (mengano o zutano) de tal se sentía “Juan Camaney” para referirse a alguien que se creía “la divina garza envuelta en huevo”.
En el bendito tubo me encontré el Triple de Beethoven con un trío de Juanes Camaneyes: Martin Helmchen, piano, Isabelle Faust, violín y Jean-Guihen Queyras, chelo. A este trío de tigres que tragan trigo (¿y qué tieneee?) los acompaña la Gewandhaus Orchestra, de Leipzig, bajo la dirección de Herbert Blomsted. Esto, porque han de saber que, además del violín, el violonchelo y el piano solistas, la pieza está orquestada para una flauta, dos oboes, dos clarinetes, dos fagotes, dos trompas, dos trompetas, timbal y cuerdas… Ah, y hartas cuerdas.
Está en tres movimientos… Allegro, Largo (attacca) y Rondo alla polacca (Jajaja,así dice, no lo inventé yo)…
Una orquesta norrrmal se despacha el triple de Beethoven en cosa de media hora. Ahitá:
https://www.youtube.com/watch?v=Is5O4iCb84k .

bauldemanias@hotmail.com 

 
 

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