LA BUFADORA

¿CENTRO HISTÓRICO?

Por. – El Mosquito
miércoles, 2 de noviembre de 2022 · 00:00

La zona conocida popularmente como “El Bajío”, que se encuentra en el corazón turístico de la mancha urbana de Ensenada, a lo largo de la avenida Miramar entre la calle Primera y la avenida Juárez, sigue siendo un corredor viejo, sucio y con eterno olor a orines, y prácticamente es una especie de “zona cero”, donde la justificación gubernamental para no hacer nada es que los propietarios de los predios no son de Ensenada y por ende no quieren invertir en la rehabilitación de esa área de bares, hoteles de paso y centros nocturnos de mala muerte.


Desde siempre ha ofrecido una pésima imagen, pero podría hacerse algo similar a lo que se promovió en la ciudad de Mexicali, donde la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda y la alcaldesa Norma Bustamante Martínez, lograron el rescate del famoso barrio de “La Chinesca”, lo cual es una gran noticia para la capital del Estado.
En este puerto se habla mucho de la nueva delegación Centro y de la restauración del Centro Histórico, pero se brincan la Miramar y Macheros, como si no existieran, como también lo hacen con la vieja Colonia Aduana a donde vivían los pescadores en los tiempos en que se fundó la ciudad y que fueron pioneros en la industria pesquera que hoy tanto nos llena de orgullo.
Ojalá que entre los regidores porteños haya alguien que se preocupe por la ciudad más allá de disfrazarse para la “noche de brujas”.

 

LENTITUD
En varias de las principales vialidades de este puerto se llevan a cabo trabajos de repavimentación, bacheo y reemplazo de tuberías, así que por todos lados se observan zanjas y montones de tierra, pero muy pocos “hombres trabajando” y menos los fines de semana y días festivos. 
(FOTO: Jaime Figueroa Tentori)
Sería bueno que el director de Infraestructura Municipal, Jaime Figueroa Tentori, y el director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (Cespe), Alonso Centeno Hernández, les digan a sus muchachos que aceleren las labores, porque van más lentos que las obras de la Sedatu.

 

EL MEOLLO
Siempre que se impulsa una reforma electoral con el argumento de fortalecer la democracia, hay otro trasfondo que no es fácil de percibir.
Por ejemplo, la actual iniciativa presidencial de reforma electoral busca acentuar la presencia de cuates, familiares y líderes de los partidos políticos en el Congreso de la Unión.
Actualmente, las diputaciones y senadurías por vía plurinominal han garantizado a las dirigencias colocar a las cúpulas partidistas y personajes cercanos a éstas.
Los pluris no hacen campaña, pues se benefician de los votos que obtienen los partidos de sus candidatos de mayoría, quienes, ellos sí, recorren las calles para conseguir apoyos.

En su propuesta, el presidente Andrés Manuel López Obrador pretende desaparecer las fórmulas de mayoría. En el caso de la Cámara de Diputados serían 300 curules y en el Senado 96 escaños definidos por representación proporcional.
No ganarán los candidatos con más carisma o simpatía, sino quienes la dirigencia coloque en primeros lugares, pues los ciudadanos no votarán por una persona, sino por el partido.
“La aplicación de este método daría como resultado la representación plural más amplia existente en la historia del país”, argumenta la iniciativa de López Obrador.
“La elección por listas obligaría a las personas candidatas a hacer campaña territorial. Las listas estarían integradas por personas nacidas en la entidad federativa o por residentes con antigüedad domiciliaria mínima de un año”.
Sin embargo, en los hechos, este método sólo simulará la democracia interna.
En el caso de Morena, presume que sus diputados pluris son electos por insaculación, pero la dirigencia nacional se reserva los 10 primeros lugares de cada una de las listas de las cinco circunscripciones en las que se divide el país.

En la elección de 2021, en los primeros diez espacios aseguraron una curul operadores del líder de Morena, Mario Delgado, representantes de grupos internos, hijos de superdelegados o secretarios de Estado, parejas de funcionarios, integrantes de la dirigencia nacional o personajes famosos.
A partir de la posición 11, los lugares fueron sorteados, pero pocos de los apuntados lograron entrar a la Cámara baja.
De la misma forman arman sus listas pluris las cúpulas de los otros partidos, con operadores, familiares o amigos.
Académicos, críticos y organismos, tanto nacionales como internacionales, afirman que este método sólo beneficia a los partidos grandes, margina más a los pequeños y anula la posibilidad de que ganen candidatos independientes.
 

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