BARÓMETRO POLÍTICO

Lucha de egos

Por: Susana Silva Gallardo*
martes, 29 de noviembre de 2022 · 00:00

La escena política en México, si bien se ha caracterizado siempre por ser controversial y complicada, ahora más que nunca representa el verdadero significado de caótico y dividido. Desde la entrada de López Obrador como cabeza del Ejecutivo, el país ha experimentado una partidización sin precedentes donde lo que debería ser un espectro político, se ha convertido básicamente en un binomio compuesto por el partido que gobierna versus la oposición, donde se han encasillado a básicamente todos los partidos que no sean MORENA, a veces exceptuando a sus aliados. En un tiempo donde más se necesita de la gobernabilidad y de la gobernanza en beneficio de todos los habitantes, parece que este ideal de lo político, en México parece lejana.
Tan solo Noviembre ha visto ya dos marchas que hacen más palpable esta realidad. La primera de ellas, si bien en su origen ponía sobre la mesa la discusión sobre la famosa -o más bien infame- reforma electoral, la cual ha causado descontento en la población a raíz de los cambios que se buscan realizar a uno de los órganos pilares de la democracia en México, al final sirvió de apalancamiento para representantes de los partidos de la oposición. De ahí que la legitimidad de la marcha haya sido cuestionada y nuevamente, dividido la opinión pública, especialmente de la población civil.
Por otro lado, este domingo pasado, la marcha que convocó López Obrador en la capital se realizó como se anunciaba, aunque su origen fue considerado más abstracto que el de la primera, pues no quedaba claro si era una contramarcha a la del INE o en apoyo al movimiento que hoy apodan la 4T. Lo que sí es cierto es que de esta marcha se aprovechó para promover movimientos con temas como el cambio climático o la comunidad LGBT+ que, importantes como lo son para la agenda nacional e internacional, en realidad han tenido pocos avances durante este sexenio o no tienen la prioridad que debería frente a temas como el de seguridad nacional, el preferido del gobierno en turno.
Tanto una marcha como la otra, a final de cuentas, han sido instrumentos para medir poder desde ambos bandos, pero lamentablemente la marcha sin conciencia o a conveniencia la convierte en despropósito, pues parece mostrar que en realidad el derecho de manifestarse se respeta siempre y cuando los intereses de los que ostentan este poder, se vean representados. En lo cotidiano, históricamente y en la actualidad, el Estado se ha encargado de criminalizar la protesta cuando esta conviene a la población civil, como lo ha sido en temas de derechos laborales, de las mujeres o en defensa de la tierra, donde el uso de cuerpos como el de granaderos, sirve como brazo ejecutor de este modus operandi de punitivismo que se acompañan con violencia y represión.
En esta lucha de egos, serviría más la acción que las palabras pues de nada sirve denunciar lo que hace o no hace uno u otro, cuando el nivel de discusión se queda en esa superficialidad inútil. En un México cada vez más complejo con problemas multifactoriales, se necesitan buenos gobernantes, algo que tanto la administración actual como la dichosa oposición, poco han demostrado ser.

*Lic. en Relaciones Internacionales por el TEC de MTY campus Guadalajara

susanasilvag96@hotmail.com

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