¿Un cafecito? Cafeína, la droga perfecta...

Según Richard Wurtman, investigador médico del Instituto Tecnológico de Massachusetts, nos dice en un artículo publicado en la revista National Geographic: nuestro cafecito es la droga psicoactiva más popular del mundo: estimula nuestra mente, exalta los nervios, nos roba el sueño y simplemente, no podemos vivir sin ella.
Hace muchos años, cuando terminé la Universidad, concursé para una plaza de 20 horas (mi primera plaza), la que obtuve superando a otras personas, hombres y mujeres que se presentaron al concurso; simplemente porque mi profesión caía como anillo al dedo de lo que se requería, subjefe del departamento de museografía del Museo Pedagógico Nacional de la Secretaria de Educación Pública, en la colonia Polanco; trabajaba de ocho a doce de lunes a viernes y me quedaba mucho tiempo para estudiar otras especialidades que me atraían mucho, y lo hice, pues aún era soltero. 
Mi jefe, cuando llegaba, la señorita secretaria de él, ya tenía lista la hirviente cafetera y al sentarse él en la silla, ya le estaba sirviendo la primera taza. 
Para mí fue muy difícil adaptarme a tomar café negro, pues en mi casa tomábamos té, pero siguiendo el relato, con esa taza, se iniciaba el comentario de las frescas noticias que nos enteraba, pues las escuchaba en su auto camino al trabajo; con el tiempo, él se convirtió en mi periódico, pues yo tenía que tomar dos camiones, el primero a las seis y media y otro llegando a Reforma, rumbo a Ciudad Satélite, para estar a las ocho en punto.
Al diario palique se anexaba Ramón, el jefe de los talleres, y desde luego llegábamos a la tercera taza y al terminarla, Don Chava, el jefe, se ponía de pie, se frotaba las manos e invariablemente decía: ¡ahora sí, a trabajar! 
Desde luego, debo decir que las primeras semanas no aguantaba el dolor de cabeza; (un litro de café negro, contiene más de 600 mg de cafeína) que me causaba el no estar acostumbrado... y logré, con el tiempo, tomar las tres tazas de rigor. 
Siguiendo con el artículo, el doctor nos narra que vio a un fortachón de los atletas que practican la halterofilia, pedir una taza de café, antes de levantar la pesa siguiente, diciendo que con ello lo fortalecía para seguir la competencia... pero, no, nos dice que eso es un placebo, pues la cafeína nos hace efecto una hora después de circular por nuestras venas. 
Algunos estudios sugieren que la gente extrovertida es menos sensible a los efectos de la cafeína que la introvertida. Los analgésicos con cafeína han probado ser más efectivos que los que no los tienen. 
Los granos de café Robusta, usados en las marcas más baratas, tienen casi el doble de cafeína que los granos de Arábica, que gustan tanto a los conocedores. Estudios militares sobre sujetos que no habían dormido en 48 horas indicaron que 600 mg de cafeína mejoraba el estado de alerta y el ánimo tanto como 20 mg de anfetaminas. 
No tomar cafeína en un día y medio, aumenta la irrigación de sangre al cerebro, lo que tal vez explica por qué se sufre de migrañas cuando se deja de tomar café. La cafeína es tan acre que se usa como una medida para el “amargo” cuando se entrena a catadores profesionales de alimentos. La cafeína extraída de los granos de café al elaborar café descafeinado se vende a los productores de sodas y también a los de medicamentos. Se está desarrollando el uso de la cafeína como pesticida contra caracoles y babosas. 
Increíblemente, un país de bebedores de té como Vietnam, es el segundo productor de café en el mundo.
Abur... se enfría mi té.

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