INDICADOR POLÍTICO

Cumbre de Biden ¿es EU una democracia?

Por Carlos Ramírez*
jueves, 12 de mayo de 2022 · 00:00

Como parte de su geopolítica para restaurar el liderazgo autoritario de Estados Unidos en el mundo, el presidente Joseph Biden realizó en diciembre de 2021 una Cumbre por la Democracia con más de 100 líderes el autodenominado “mundo libre”, es decir, naciones incrustadas en la órbita capitalista del dólar. 


Y el próximo mes de junio realizará en Los Angeles la Cumbre de las Américas bajo la temática de la democracia estadounidense como prototipo y la exclusión hasta ahora de siete países que no han pasado la certificación autoritaria de la Casa Blanca.
Todo el discurso ideológico de Biden asume que Estados Unidos es el prototipo de la democracia y que todos los países del planeta deberían ajustarse a esa caracterización. Sin embargo, el problema radica de manera primaria en saber a estas alturas del partido si Estados Unidos es una democracia “del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, o se ha reducido a un modelo de dominación económica interna a favor de los lobbies de poder y de los intereses del gran capital que acapara el 1 por ciento de los ricos americanos.


La Cumbre de las Américas ocurre también en un momento coyuntural muy importante para Estados Unidos: las advertencias de todos los sectores respecto al riesgo en el que se encuentra la democracia estadounidense hacia el interior frente a las presiones de la pobreza, de la riqueza como eje del modelo del mercado político, de una ultraderecha alzada en armas con milicias tipo del asalto al Capitolio el 6 de enero der 2021 y de la estrategia de seguridad nacional que le permite a la Casa Blanca invadir países, declarar guerras, derrocar gobiernos e imponer por la fuerza su modelo político, a pesar de los fracasos ostentosos en Vietnam y recién en Afganistán e Irak, donde la población en ejercicio de sus derechos decidió repudiar el modelo occidental, cristiano y de mercado del capitalismo estadounidense.


De la amplia bibliografía que existe en Estados Unidos sobre las denuncias en el sentido de que la democracia estadounidense que sorprendió a Tocqueville en 1831 y que logró plasmar en su brillante ensayo La democracia en América publicado en 1835 y 1840 había sido pervertida por la configuración de la estructura del poder en función de intereses imperiales para sostener el bienestar de una minoría de estadounidenses. 


La arrogancia del poder, de J. William Fulbright, revela la existencia de dos modelos políticos: el simbólico que se basa en la propuesta de Lincoln y el real de la dominación imperial para dominar el mundo.


¿Quién gobierna Estados Unidos?, de G. William Domhoff, enlista los principales grupos de poder que deciden el rumbo de EU: la clase superior, las grandes corporaciones empresariales, el enorme bloque de poder de los abogados, una clase política institucional que depende de los intereses económicos, la estructura burocrática y la comunidad de seguridad nacional formada por militares, la CIA, el FBI y el complejo militar-industrial.


Los grupos y el poder político en EU, de Leon Dion, reveló que existen grupos de poder dominante sobre la estructura de las cinco instancias de toma de decisiones: los legisladores, el presidente, los ejecutivos de las corporaciones privadas, los jueces y el cabildeo.
The american establishment, un estudio de Leonard Silk y Mark Silk para definir la élite que gobierna: Harvard, el New York Times, la Fundación Ford, el Instituto Brookings, el Consejo de Relaciones Exteriores, los grandes negocios y el círculo político.


Este es un breve panorama para abrir el debate en el sentido de que Estados Unidos no es la democracia que soñó Tocqueville y que tuvo en aquel entonces “el hecho generador”: la igualdad de condiciones sociales y la libertad basada en ese bienestar. 


La desigualdad dentro de Estados Unidos revela que la pobreza en número creciente y quizá cerca ya de la mitad de la población es producto del acaparamiento de la riqueza por las grandes corporaciones, colocando a los pobres como piezas del modelo de explotación.


De ahí la conclusión de que Estados Unidos carece de autoridad moral para definir su democracia como el sistema a reproducir en todo el planeta, toda vez que el mecanismo de explotación, expoliación y exacción sobre otros países pobres y dependientes se reproduce de manera interna en la polarización social de riqueza-pobreza inexistencia de marginación de alrededor de la mitad de los americanos.


Más que la democracia, la Cumbre de las Américas buscará el reforzamiento de la dominación geopolítica del capitalismo sobre las economías y gobiernos latinoamericanos y caribeños.

 

*El autor es director del Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva del columnista y no de la publicación.
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