Locos republicanos blancos han obtenido el control de los Estados Unidos

Cuando Ronald Reagan fue elegido gobernador de California, logró llevar al estado a la bancarrota. Su recompensa fue ascender a presidente de la nación. Entonces me di cuenta de que estábamos en nuestro camino a la nación loca.
Fui testigo de primera mano, de la destrucción que causó Reagan al cerrar los hospitales psiquiátricos estatales de California. Considerado en todo el mundo, un modelo de excelencia en atender pacientes con problemas mental.
Estaba cumpliendo con mi obligación de responsabilidad social, como graduado en psicología, trabajando en el hospital estatal de Napa. Los médicos y yo intentamos esconder a los pacientes más vulnerables. Esos, estábamos seguros, no podrían sobrevivir a la vida en las calles.
El problema empeoró cuando los veteranos de Vietnam fueron dados de baja sin honores por comportamiento causado por un trastorno mental traumático. Los cuales no habían sido clasificados como un trastorno mental, cuando fueron dados de alta. Hasta que decenas de miles de veteranos ocuparon las calles de las ciudades de los EU, la Administración de Veteranos se involucró.
El presidente Trump ignoró a las poblaciones de personas sin hogar en cada esquina de las calles de EU y Canadá. George Carlin, comediante, profeta e historiador dijo: “Cuando descubramos cómo obtener ganancias de la falta de vivienda, es cuando comenzaremos a abordar el problema”.
Entonces supe que un nuevo estilo de gobierno que coloca el dinero por delante del “bien general” era lo que podía esperar como ciudadano en el futuro. Crecí creyendo la mentira, que un pobre hijo hispano de inmigrantes, como yo, podía ser elegido presidente. El hecho es que si no tienes un fondo de campaña de diez millones de dólares, no puedes permitirte el intento.
La presidencia de Trump avivó las llamas de los temores racistas blancos. Acusando a Obama de ser un musulmán africano, nacido en Kenia. Que los inmigrantes mexicanos eran narcotraficantes y violadores. Los nazis, los gritos de amenazas y los eslóganes antisemitas se sienten atraídos por la marca de supremacía blanca de Trump.
Los teóricos de la conspiración se han vuelto creíbles para aquellos que obtienen su desinformación y odio de Facebook, Instagram y Fox News. Todos estos medios están obteniendo grandes ganancias al explotar la creencia de que elegir un gobierno de demócratas es parte de una red clandestina de tráfico sexual y pedófilos.
Que el coronavirus es un truco del gobierno para instalar un chip de dispositivo de rastreo o que el gobierno está exagerando la gravedad de este virus que ha matado a más de un millón de gringos.
Las leyes contra el aborto están siendo aprobadas por diecisiete legislaturas estatales controladas por republicanos blancos, los mismos estados que están restringiendo las oportunidades de voto para los ciudadanos de color. Menos urnas, restricciones al voto en ausencia, Restricciones al voto por correo, eliminar el voto dominical. 
Cuando las personas de color, tienen ese como el único día en que pueden votar. Amenazar a los votantes ancianos o discapacitados como una violación de la ley para ofrecer una silla o agua a aquellos en largas filas de votación.
El setenta y cinco por ciento de los demócratas están vacunados. Las encuestas de Kaiser Family Foundation lo han demostrado repetidamente.
El noventa y tres por ciento de los demócratas, en comparación con el 60 por ciento de los republicanos, están vacunados. También es mucho más probable que los republicanos digan que no se vacunarán, una posición que ocupa una quinta parte de ese grupo.
Ya sea que la política nacional sea el control de armas, los derechos de los homosexuales, el aborto, el derecho al voto, las guerras culturales, la libertad de expresión o la asistencia a la OTAN. Estas normas americanas de igualdad y empatía han sido pisoteadas por “quieren ser dictadores”.
Locos fuera de control, que se oponen a cualquier cosa que les dé a los inmigrantes, mujeres, niños y grupos étnicos la misma oportunidad de realizar el “Sueño Americano”. ¿Qué diablos causó este estado de ánimo regresivo en la nación?
Sidney Kinles, científico social/historiador, me impactó con la observación de que Estados Unidos, en la práctica, nunca se convirtió en una democracia hasta la década de 1960. Cuando los “baby boomers” salimos a las calles y aprobamos el proyecto de ley de derechos civiles y nos enfocamos en el fracaso del imperialismo en Vietnam.
Sólo entonces nos convertimos en una verdadera democracia. El voto de todos contó por encima de las leyes estatales del sur, que continuaron con la cultura y la política racista de “The Jim Crowe”. Y todo ese reprimido “Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser grande” se ha manifestado en un culto a la personalidad. Junto con los miedos de las personas de color, los medios de comunicación y aquellos con diferentes normas culturales.
Las semillas del dictador han sido plantadas en suelo fértil. Un autócrata inteligente, en lugar de un tonto como Trump, podría derrocar a la dinastía.

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