LA BRÚJULA

¿Formación sin ética?

Por: Heberto Peterson Legrand
lunes, 13 de junio de 2022 · 00:00

Dicen Héctor Sagal y José Galindo en su interesante libro: “Ética para adolescentes posmodernos”, que durante mucho tiempo se ha pensado que la ética es un conjunto de prohibiciones: no pienses, no digas, no hagas. Como si la ética fuera una castración de la libertad.
Esta es una caricatura de la ética: La ética no es una negación de la propia personalidad, sino su desarrollo, su perfección. Vivir éticamente es una aventura, la conquista diaria de metas, la adquisición y fortalecimiento de virtudes. 
Vivir éticamente no es renunciar a la libertad, sino fortalecerla...Y en otra parte dicen: Nadie ha hecho más daño a la ética como aquellos que la llevan a cuestas como si fuera un dolor de estómago...”.
Los hombres y mujeres constantemente estamos tomando decisiones que son para bien o para mal y la ética nos enseña a juzgar si nuestra acción es correcta o incorrecta. Las personas formamos hábitos que nos pueden perfeccionar, hacer crecer y madurar, son las virtudes, sin embargo, hay otros  hábitos que nos rebajan y atentan contra nuestra dignidad y éstos son los vicios.
Hoy en día hay quienes creen que todo cambio es en sí mismo un progreso, nada más falso que eso, pues lejos de avanzar muchas veces se retrocede. Hemos avanzado en lo técnico y científico, pero en los valores humanos hemos retrocedido, nos hemos ido deshumanizando y allí están como ejemplos: la violencia, la pornografía y la drogadicción, entre otros.
Si las autoridades toman una decisión de carácter ético, no faltará quienes se rasguen las vestiduras diciendo que se atenta contra su libertad, no faltarán quienes indignados digan: “Ya somos mayores y sabemos que queremos y lo que tenemos que hacer… sí es cierto, hay quienes tienen razón, pero también es cierto que no porque se es mayor de edad, ya en forma automática se sabe que hacer...la experiencia nos lo ha demostrado. 
Exigimos a los menores que hagan el bien y muchas veces los mayores somos incapaces de buscar aquel bien; exigimos la libertad y sin embargo no somos responsables para hacer un uso adecuado de ella, se nos olvida el binomio: libertad-responsabilidad.
Yo no puedo ni debo impedir a un adulto que tome sus propias  decisiones aún cuando vea que está mal. Lo podré aconsejar pero no lo puedo ni debo forzar, no es a mí a quien tendrá que rendir cuentas...pero tampoco le voy a poner el tapete para que obre mal.
A través de la libertad, el hombre y la mujer optan por una u otra cosa, eso es lógico, pero si vamos a optar entre dos bienes, debemos optar por el mejor. La libertad no es para optar por el mal.
Yo creo que debemos ser tolerantes con las personas, respetarles su modo de pensar, saber dialogar y estar abiertos para descubrir lo que de verdad tengan, reconocerles su dignidad y amarlos. Con quien no debemos ser tolerantes es con el mal: pornografía, drogadicción, explotación de la mujer, la miseria en que viven muchos.
No seamos algunos tan soberbios. Así como necesitamos de la gramática para mejorar nuestro lenguaje; las matemáticas, la técnica y la ciencia para la adquisición de otros conocimientos, así también, y con mayor razón, debemos reflexionar sobre la ética para cultivar las virtudes que nos conducirán a obrar el bien y desechar los vicios que nos llevan a cultivar el mal tanto  personal como social.
Serio problema el de nuestro tiempo...nos capacitamos en  infinidad de cosas y temas para buscar la eficiencia y olvidamos algo tan esencial, tan sustantivo… la Ética. 
¡Formemos seres sin ética y estaremos formando Monstruos!, pero si los estamos educando en el uso correcto de su libertad, en cultivar su inteligencia y voluntad estaremos formando personas y les abrimos un infinito mundo de posibilidades.
La Moral y la ética ayudan a la formación de la persona humana.
 

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