DESDE EL VIGÍA

Incomodan autónomos

Por: El Vigía
sábado, 18 de marzo de 2023 · 00:00

A la clase política en el poder, sin importar la corriente ideológica a la que pertenecen, les incomodan y estorban los organismos autónomos como los institutos electorales, de transparencia, anticorrupción y las comisiones defensoras de los derechos humanos, incluso les moleta la independencia de las universidades públicas.
Lo paradójico es que estos órganos autónomos fueron creados por la lucha que encabezaron los partidos de oposición, pero una vez que conquistaron el gobierno se han empeñado en desmantelarlos, ahorcarlos presupuestariamente e infiltrarlos con personajes afines al mandatario en turno.
Ante este tipo de prácticas, el polaco Adam Przeworski, uno de los teóricos de la democracia más citados del mundo, define la democracia de manera sencilla, como “un sistema en el cual los partidos pierden elecciones”. Nada que ver con aquello de un gobierno del pueblo, con el pueblo y para el pueblo con la que alardean políticos populistas que luego atentan contra ella.
“No hay tal cosa como ‘pueblo’. Esa es una invención de los populistas. Tenemos sociedades donde hay intereses diferentes, normas diferentes y grupos organizados y no organizados. Sin instituciones estructuradas, tenemos sólo la dictadura de una persona”, afirma.
La obsesión del populismo con el “pueblo”, agrega, lo equipara al neoliberalismo y su idolatría del mercado, como solución a todos los problemas.
En su libro “Las crisis de la democracia” reconoce que se equivocó al no citar los casos de Brasil, Chile o México. “Cuando escribía el borrador de la versión en inglés creía firmemente en la solidez de las instituciones democráticas en esos países”, dice en el prefacio. 
Przeworski conoce la iniciativa para reducir la capacidad del Instituto Nacional Electoral (INE). Ha visitado México varias veces, pero apenas acepta tocar el tema. “No es el papel de los extranjeros hablar de esto, pero lo del INE me molesta mucho porque creo que lo principal es que la gente tenga confianza en las elecciones. La desconfianza es el veneno más fuerte para la democracia. Entonces, el atentado contra el INE me sorprende y me molesta, es algo extremadamente peligroso”, sostiene.
Ganador del Premio Woodrow Wilson, Przeworski define como señales de la crisis de la democracia la erosión de los partidos tradicionales, el ascenso de partidos extremistas y la falta de confianza de los ciudadanos. 
El sistema democrático, sostiene, sólo funciona cuando perder una elección no es demasiado doloroso y los perdedores tienen una oportunidad de ganar en el futuro, y cuando los electores reconocen un cambio.
“Si la gente vota, los gobiernos cambian pero la vida de la gente no cambia, deja de creer en las elecciones. Y con esto, aparecen ‘los curanderos’, fuerzas que nunca estuvieron en el gobierno y de repente ofrecen una solución mágica. La gente no tiene nada que perder y vota por un Trump, por un Bolsonaro, quizás un Javier Miley, ahora en Argentina. En la República de Weimar se creía que todas las enfermedades se curaban con un tipo de queso campesino”, recuerda.
“Es un temor de no tener poder suficiente para ganar de manera limpia. Que utilicen el idioma democrático para atentar contra la democracia es parte del juego”, asegura.
Przeworski no tiene soluciones para evitar el deterioro de la democracia. Mucho menos cuando los gobiernos la atacan de manera sigilosa, y cuando sus seguidores están dispuestos a validarle todo, así sean medidas anticonstitucionales.
Sin embargo, apenas tiene una certeza sobre el papel de la oposición en estos escenarios: “La oposición debe ser más que un portavoz de la ira”, afirmó.

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