MUJER Y PODER
El Diablo anda suelto
Por: Natalia Vidales de Bitterlin*Cuando pensábamos que la película de terror que estuvimos viviendo en el sexenio pasado había quedado atrás, vemos que aún hay una segunda parte y es la que hoy estamos padeciendo.
A un mes escaso de haber realizado el juramento de respeto a la Constitución “y a las leyes que de ella emanan”, y de haberse comprometido en gobernar para todos, la presidenta Claudia Sheinbaum ha sacado a flote su autoritarismo sin límite y por ello los mexicanos estamos al borde de quedarnos sin democracia y sin respeto a una Constitución como máxima autoridad.
Y esta palabra, democracia, -tan traída y llevada- no la estamos utilizando por ser alarmistas si no porque la realidad nos está mostrando, cada día, qué tan cerca estamos de perder nuestras libertades, propiedades y que se intente imponernos nuevas creencias. Y eso es precisamente la pérdida de nuestra democracia.
A un mes del estreno del nuevo gobierno -que pensamos no podría ser peor que el anterior-, los ciudadanos nos estamos convirtiendo, de nuevo, en personajes del realismo mágico pues vemos cada día barbaridades increíbles en el decir y en el hacer tanto de parte de legisladores morenistas -senadores y diputados- como de la propia presidenta que no se decide -porque no quiere o porque no sabe cómo- a poner orden entre los militantes de su partido.
Se sigue fomentando el rechazo a las minorías, los agravios a quienes piensan diferente, a quienes opinan y critican recibiendo toda clase de adjetivos sin que haya un exhorto de parte de quien pudiera poner un alto: la voz principal del palacio nacional. Y no lo hay porque ella misma, la presidenta, ha seguido el caminito de su antecesor y en lugar de gobernar y atender tantos asuntos importantes del país -en lo interno y en lo externo- se la pasa agrediendo y utilizando cualquier clase de adjetivos buscando aplastar a quien considera sus enemigos… igualito que lo hacía AMLO.
Los Ministros de la Suprema Corte de Justicia se han defendido como han podido. Y no la han tenido nada fácil porque el abono de desprestigio ha sido fuerte y constante y el pueblo -el bendito o maldito pueblo según convenga - ha caído en el juego de Palacio y cada día suben de tono las denostaciones y los agravios para quienes con honor y compromiso han ejercido sus delicados cargos en la Corte.
Nos duele -y preocupa- profundamente la situación política del país. Que la presidenta y los legisladores no entiendan el grave daño que están causando a nuestro querido México -y hagan todo lo posible por destruirlo en aras de apropiárselo - es alarmante. “El diablo anda suelto” dirían nuestras madres y abuelas. Y así es, pues todo viene de la falta de conciencia, ética y moral, que son los principios sin los cuales se destruye a cualquier sociedad, mientras el gobierno solo vela por sus ansias de acumular más y más poder, y restándole medios de defensa a los ciudadanos frente a sus abusos.
Mujer y Poder invita a sus lectores a reflexionar en una de las famosas frases de Martin Luther King: “Lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos”.
*Activista y periodista con más de 40 años de actividad profesional. Fundadora y directora de la revista Mujer y Poder. Comentarios: 6621441440. www.mujerypoder.com.mx
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