DESDE CHAPULTEPEC
Del Día Nacional del Libro
Por: Joatam de Basabe*Cada 12 de noviembre, México celebra el Día Nacional del Libro, una fecha que desde hace 45 años se dedica a recordar la importancia de la lectura. Este día, instaurado en 1979 durante el gobierno de José López Portillo y en honor al natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz, es una oportunidad para reflexionar sobre el estado de la lectura en nuestro país y la urgencia de promoverla como herramienta de cambio social. Sin embargo, en tiempos de digitalización y consumo inmediato, leer pareciera una actividad desplazada por el entretenimiento fácil y rápido. ¿Qué implica esto para nosotros como sociedad?
La lectura, más allá de ser una actividad recreativa, es una herramienta fundamental para el desarrollo de pensamiento crítico. Leer libros nos abre puertas a otras realidades, nos permite analizar el contexto en el que vivimos y, en el proceso, nos ayuda a construir opiniones informadas. En un país como México, donde las problemáticas sociales son profundas y variadas, la capacidad de comprender el mundo desde diversas perspectivas es vital. La lectura fomenta esta comprensión, ayudando a los ciudadanos a cuestionar y a reflexionar más allá de lo evidente.
Sin embargo, las estadísticas de lectura en México nos pintan un panorama desalentador. Según la Encuesta Nacional de Lectura, los mexicanos leen en promedio 3.9 libros al año, cifra que, aunque mejora poco a poco, sigue siendo baja en comparación con países con más altos índices de desarrollo que leen en promedio un libro al mes. La falta de acceso a materiales de lectura, los bajos niveles de comprensión lectora y la falta de programas sólidos de promoción de la lectura son factores que contribuyen a esta realidad.
¿Por qué es importante cambiar esta situación? La lectura no solo beneficia al individuo, sino que también tiene un impacto en la sociedad en su conjunto. Una persona que lee no sólo adquiere conocimientos, sino que desarrolla empatía, mejora sus habilidades comunicativas y aumenta su capacidad para resolver problemas. Una sociedad lectora es una sociedad más empática, más informada y, sobre todo, más crítica. En tiempos en los que las redes sociales y las noticias falsas dominan el discurso público, la capacidad de discernir y analizar la información se vuelve fundamental para proteger nuestra democracia y nuestra paz social.
Es alentador ver iniciativas como las bibliotecas comunitarias, los círculos de lectura y programas de fomento literario que se han popularizado en algunas regiones del país. Sin embargo, necesitamos políticas públicas más robustas que acerquen los libros a los rincones más alejados de México, donde muchas veces la lectura es un lujo. Las escuelas y los hogares juegan un papel crucial en la creación de un hábito lector, y es aquí donde podemos sembrar la semilla de una generación que entienda el valor de los libros.
La lectura, en su esencia, es un acto de rebeldía contra la ignorancia. En cada página hay historias, ideas y enseñanzas que nos invitan a ver el mundo desde otras perspectivas. Celebrar el Día Nacional del Libro no es sólo una ocasión para leer, sino para recordar que, en un libro, cualquiera puede encontrar inspiración, sabiduría y fuerza. Aprovechemos esta fecha para inculcar en las nuevas generaciones el amor por los libros y la convicción de que, en un país de lectores, el cambio es posible.
Dicho sea de paso, del 22 al 24 de este mes, se llevará a cabo en el Centro Estatal de las Artes de Ensenada el tradicional Libro Fest, que organiza Pluma Joven, precisamente con el propósito de facilitar el acceso al libro, por medio del intercambio.
*Periodista y profesor universitario.
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