LA MARAÑA CÓSMICA

Un despropósito vincular a la ciencia con la ejecución política

Por: Dr. Rolando Ísita Tornell*
lunes, 10 de junio de 2024 · 00:00

El portal Nature, empresa editora de la prestigiada revista científica, en días recientes se ocupó en dos ocasiones de la virtual presidente de México, Claudia Sheinbaum.
En un caso abordó el tema haciéndose la pregunta si los científicos son buenos presidentes; en otro, se ocupó de la percepción de miembros de la comunidad científica mexicana sobre la doctora Sheinbaum como virtual presidente del país.
Cabe apuntar que de acuerdo con un análisis del voto realizado por el periódico El País, entre los ciudadanos con estudios superiores votaron casi empatados por ambas candidatas, Gálvez y Sheinbaum.
En la lectura de los artículos de Nature y el segmento de votantes en donde se encuentra la comunidad científica, se observa un reflejo de la ideologización polarizada de los científicos no sólo de México sino del mundo, la de los globalistas multipolares y la de los neoliberales unipolares.
En un intercambio de opiniones con un colega yo mencionaba que una física llegaría al Poder Ejecutivo, mi colega apuntó que Margaret Thatcher era una química que, como se sabe, lidereó al Partido Conservador del Reino Unido que la llevó a ser la Primera Ministra de esa monarquía parlamentaria, cuyo gobierno privatizó todos los servicios públicos (agua, gas, electricidad) y recortó el gasto en salud, vivienda y educación, según la describe Nature.
Como científica, la "Dama de Hierro" (1979) no pareció tomar en cuenta su formación para tomar sus decisiones según un economista de Oxford citado en el artículo, "se guiaba por ideología y creencias simples en lugar de políticas sustentadas en evidencia".
En cambio, el presidente de la India (2002), Abdul Kamal, "su elección fue enormemente inspiradora para los científicos jóvenes". Kamal era un científico aeroespacial, supervisó el desarrollo del primer vehículo de lanzamiento de satélites fabricado en la India, pero también tuvo que ver con el programa de misiles balísticos estratégicos de India.
A Claudia Sheinbaum la mitad de los científicos no la apoyan, les preocupa que siga los pasos del gobierno al que sustituirá, que desde un principio asestó inopinadamente una ley que desdibujaba una ciencia universal dividiéndola en la que sirve al país y la que no, y equiparándola con saberes tradicionales. Por su parte, la responsable del consejo estatal que se ocupa de la ciencia hizo el artificio de una "ciencia neoliberal", además de hacer acusaciones judiciales sin ningún sustento contra académicos.
Esos episodios dieron lugar, ahí sí, a una polarización, como lo refleja la gráfica de la votación presidencial por escolaridad superior, y desde entonces, 2018, se ha podido observar el despropósito del falso vínculo entre el quehacer científico y la actuación ciudadana de quienes hacen investigación científica. La Ciencia Política no se hace con aceleradores de partículas, ni microscopios electrónicos, no hay modelo estándar ni el objeto de estudio son bichos, es la sociedad misma y sus estructuras políticas.
No es la ciencia la que determina el actuar de un ciudadano que llega al poder político, sino su formación política. Los temores de la mitad de los científicos sobre el actuar de la virtual presidenta tiene base en percepciones ideológicas, periodísticas, mediáticas, opinión pública y no en evidencias documentadas. Por lo pronto Sheinbaum ha hecho público que su gobierno impulsará a la ciencia, a la educación y a la cultura.

*Académico, divulgador y periodista científico de la UNAM

risita@dgdc.unam.mx

 

 

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