¡Basta de agravios! Urge respeto a la oposición

Ya un poco más tranquilos los ánimos, después del impacto del pasado dos de junio, se va aceptando la derrota, pero jamás las ilegalidades e inmoralidades que se cometieron para que los morenistas lograran ese triunfo en las urnas, y que se lo merecerán numérica, pero no éticamente.
Las impugnaciones y demandas continúan y que bien que así se haga para que, aunque tarde, quede clara -y sea castigada como corresponda- la indebida intervención del presidente en las elecciones cuando a la vista de todos realizó una descarada campaña a favor de su candidata.
Impunemente actuó López Obrador como coordinador de campaña morenista en lugar de mantenerse al margen como presidente, con llamados al respeto de las leyes a todos los dirigentes y militantes de los partidos políticos. Eso hubiera sido lo correcto, lo legal y lo honrado. Pero ahora vemos que el pensar que así iba a ocurrir fue solo un sueño que terminó en una pesadilla que ya se veía venir y que fue tal cual.
Pero eso ya pasó y ahora deberemos esperar a que las instituciones hagan lo suyo, 
 o queden de plano expuestas y señaladas históricamente por su actuar.
Como sea, el mal ya está hecho y el primero de octubre tomará posesión la candidata de Morena -Claudia Sheinbaum-, quien llegará al poder, desafortunadamente, con 60 millones de ciudadanos que no la eligieron como presidenta pero que, igual, los representa 40 millones de abstencionistas y 20 millones que votaron por la oposición.
Desafortunadamente, en las redes continúan los mensajes de odio, división y confrontación, lo que -aunque por supuesto rechazamos- no nos asombra porque es el fruto de seis años de estarse promoviendo la polarización y la discordia entre los mexicanos desde la máxima tribuna presidencial.
Pese a que Claudia Sheinbaum pronunció, ya pasadas las elecciones, un mensaje conciliador e incluyente, los militantes de Morena y sus simpatizantes siguen por su cuenta atizando el fuego y continúan con las divisiones y ofensas -sobre todo a través de las redes- lo que nos parece incomprensible tomando en cuenta que la campaña ya pasó, y en vez de celebrar el triunfo siguen destilando amargura.
Por ello, consideramos que ¡desde ya! la próxima presidenta debería de hacer un llamado a los ciudadanos en general -aunque muy especialmente a sus simpatizantes, claro- para que prevalezca el respeto porque, de no hacerlo, seguiremos como hasta ahora: divididos como si fuéramos dos naciones.
Esperamos, y deseamos, que los discursos y el actuar de Claudia vayan -en ese sentido- opuestos a los del presidente quien no se cansó nunca de ofender a quienes no fueron aplaudidores de su gobierno, guiado por un resentimiento que le viene desde el 2006 en que perdió aquellas elecciones ¡hace 18 años! y que desde entonces viene cargando.
Urge un país donde haya apertura y respeto para las diversas opiniones; un gobierno que llame a la unión, a la solidaridad y a la conciliación. Esto será básico para la construcción de un país sano e incluyente.
De pleitos ya estamos hartos los mexicanos.
Hoy, la oposición optó por seguir el camino legal al hacer impugnaciones de lo que se considera estuvo mal y el señalamiento de que esta fue una elección de estado -porque, ni quien lo dude, hubo manipulación de parte del gobierno para favorecer a su candidata-. Y eso no debe ni ofender ni molestar a nadie; se trata de dejar constancia de lo sucedido y para eso están los tribunales. Nosotros, los ciudadanos de a pie vamos aportando para que la paz social se fortalezca.
Ese sería un buen granito de arena para el surgimiento de una etapa triunfadora -a favor de todos- en nuestro querido país.

*Activista y periodista con más de 40 años de actividad profesional. Fundadora y directora de la revista Mujer y Poder
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