MUJER Y PODER
Justo reclamo del sector pesquero
Por: Natalia Vidales de Bitterlin*Cuando las autoridades gubernamentales -de todos los niveles- ponen oídos sordos a las peticiones y demandas de los ciudadanos, la exigencia popular escala.
Así sucede en todos los países del mundo, así sucede en México y así ha sucedido y sucede ahora mismo en Ensenada.
En el 2002 participamos en la capital del vecino estado de Sonora en un movimiento -“Vamos por Sonora…Hoy es Por la Luz”- que tomó mucha fuerza precisamente por las actividades de protesta pública que realizamos….y por el apoyo de la población. “Las Damas de Blanco”, nos llamaban los sonorenses, por nuestra vestimenta de ese color, símbolo de paz.
No estamos a favor de la anarquía pero cuando no hay respuesta y se lastima la vida de los ciudadanos, no hay alternativa y la acción efectiva es la toma de las calles para hacerse escuchar. Eso sucedió en Sonora y eso sucede a todo lo largo y ancho del país donde, pese al trastorno que tales acciones causan, la población las apoya, porque sabe que las demandas son legítimas; es decir que se trata de rescatar derechos afectados, muchas veces incluídos los de ellos.
Lo increíble es que este tipo de acciones -de resistencia civil- son en ocasiones alentadas por las propias autoridades en sus propios beneficios políticos -muy cuestionados pero reales-.
Recordamos en ese movimiento al que aludimos líneas arribas -donde muchas de las que participábamos éramos mujeres sin experiencia política pero sí con sensibilidad para entender el grave daño que estaba a punto de consumarse-, recibimos el consejo de una alta funcionaria del gobierno federal quien sugirió realizar acciones fuertes -como el cierre de la frontera, incluso- porque, nos dijo en aquel entonces, “solo así lograrán el objetivo”. Nos pareció en aquel entonces, y nos sigue pareciendo hoy, una incongruencia que fuera el propio gobierno quien propiciara el caos… ¡para después arreglarlo!
No entendíamos antes, ni entendimos después, ni hoy, el por qué de esta actitud de algunas autoridades de no escuchar cuando las peticiones o exhortos se realizan en ejercicio de las libertades y los derechos de petición y de manifestación; esperan a que la olla de vapor estalle para atenderlas.
Volviendo con los problemas del puerto, las demandas de justicia y de atención al sector pesquero y acuícola en general, ya se han realizado -en santa paz. Se han llevado a cabo varias concentraciones pacíficas donde voces fuertes de esos gremios, acompañadas de organizaciones civiles y de ciudadanos en general, se han dirigido a los tres niveles de gobierno en demanda de atención y soluciones a graves problemas que en su momento hizo la presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera, Minerva Pérez Castro (+). Pero no ha habido respuesta.
Ante ello, esta semana, aproximadamente cien pescadores cerraron la vialidad en el Bulevar Costero de Ensenada afectando no solo a residentes y productores –donde decenas de camiones estuvieron varados-, sino también al turista y a los miles de conductores que llegan diariamente a Ensenada, en plan vacacional o de negocios.
En lo personal, fuimos afectadas por la larga espera para poder transitar por esa vía. Pero entendemos la exigencia de los manifestantes, nos solidarizamos con ellos y valoramos el respeto que mostraron para con los vehículos particulares al abrir el carril para que, aunque lento, se pudiera transitar. No es su deseo causar trastornos a nadie sino solucionar el problema de inseguridad y de extorsión al que se enfrentan.
A ellos… no les quedó de otra para hacerse oír. Al pueblo, al ciudadano, a nosotros, no nos queda de otra más que alzar también la voz; pero no para quejarnos por estas acciones –que es lo que algunas autoridades quisieran- sino en contra de la nula atención de quienes deberían de atenderlos en tiempo y forma, y con lo cual se evitarían esos trastornos para el resto de los ciudadanos.
No hay que permitir, con nuestro silencio, que la situación escale a otros niveles. No hay que ser parte de esa masa silenciosa que permite que las cosas malas sucedan.
Exijamos a las autoridades la solución a esta problemática que fue denunciada por una mujer, Minerva, quien pagó con su vida el haberlo hecho, y cuya memoria debería honrarse atendiendo a su llamado.
Por ello, bien hacen los pescadores y empresarios de la industria acuícola, en manifestarse públicamente en ejercicio de sus derechos y auténticas demandas; contando, en este caso, con el apoyo de los ciudadanos para la mejor convivencia de todos.
*Activista y periodista con mas de 40 años de actividad profesional. Fundadora y directora de la revista Mujer y Poder
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