DE DERECHO Y ALGO MÁS
De visas, listas y otros temas
Por: Juan Ricardo Pérez Zayola*“El ser humano debe ser consciente del papel protagónico que cumple para evitar que la corrupción se siga instaurando en nuestra realidad, pues si éste no se decide a pensar y reflexionar, ¿quién lo hará por él?": Miguel Ángel Albor Licona
Cuando el río suena, es que agua lleva, así reza un viejo y reconocido refrán que resulta muy adecuado en torno a los hechos locales y nacionales que se han venido suscitando los últimos días y que resultan muy conocidos por todo el dominio público; y sí, me refiero pues a la famosa "lista de Marco", la cual pone en entredicho a bastantes personajes del ámbito político nacional y estatal de nuestro país.
Más allá de las cuestiones demagógicas y populistas que sólo vienen a disfrazar fobias políticas y temores legales; las cuales se esconden en temas de soberanía nacional y posiciones de no ser permisibles con las injerencias extranjeras en nuestro suelo nacional, habría que reflexionar sobre lo que realmente está sucediendo.
Como bien lo dice el refrán citado, en los rumores se esconden cosas ciertas, verdades a medias o simplemente falsedades; y sí bien resulta correcto hacer oídos sordos a la mayoría de estos, más cuando sus fuentes son inciertas o totalmente desconocidas, también lo es que hay que prestar atención y ser sumamente cuidadosos cuando estos surgen de fuentes oficiales gubernamentales.
De tal manera, que los señalamientos que se están produciendo y que redundan en una lista de políticos mexicanos, a los cuales se les pretende retirar sus documentos migratorios, mientras que a otros ya se los han retirado debido a su probable relación con actividades consideradas ilícitas por nuestro vecino país del norte, debe llevarnos a una profunda reflexión como sociedad y como nación.
En efecto, sin este ejercicio de conciencia social que se basa en concentrarnos más que nada en una palabra y en una acción, la cual por años y décadas ha flagelado a nuestro país, la cual no es otra más que la corrupción; no resulta entendible que pugnemos evolucionar como una sociedad cuya pretensión sea el mejoramiento continuo y futuro para el beneficio de todos sus integrantes.
La corrupción no tiene color, ideología, partidos o determinados grupos sociales preferentes para su actuar, está presente en cada acto por más pequeño que este sea, cuya intención sea obtener un beneficio indebido en perjuicio de otros; tampoco es una moda, y me atrevería a decir que es un estilo de vida, por medio del cual unos cuantos obtienen grandes beneficios en perjuicio de una gran mayoría.
Es un cáncer social, el cual desafortunadamente se ha arraigo hasta los huesos en el sistema político nacional, sin que haya terminado como se nos ha pretendido hacer creer un 1 de diciembre de 2018, ya, que siendo serios ¿cómo terminas con un mal social cuando los actores del pasado forman parte del presente? y este viene acompañado entonces de otro fenómeno producto de el que no es otra cosa que la impunidad.
Así, corrupción e impunidad caminan juntas, van unidas tomadas de la mano erosionando el tejido social, minando las instituciones públicas y terminando con la división de los poderes bajo la complacencia y complicidad política y económica no sólo de los grupos de poder en nuestro país, también con la anuencia y permisibilidad de muchos hombres y mujeres anónimos detrás de una plaza o un escritorio en la función pública, quienes actúan bajo premisas de beneficios a corto o mediano plazo.
Un gobierno, una clase política y una sociedad realmente demócrata y con valores sociales, deben actuar en defensa del bien común y no por intereses políticos ideológicos que antepongan la tranquilidad y la paz social de una nación entera; debe investigar y sancionar por igual tanto a grandes como pequeños sin importar que sean propios o extraños, porque de lo contrario ampararlos, protegerlos y minimizar hechos podrá ser una victoria al corto o mediano plazo.
Sin embargo, a futuro será una victoria pírrica con resultados desastrosos, no sólo políticos, también económicos y sociales, donde la única víctima será la población mexicana en general. y tal vez, tal vez sólo corrigiendo el camino lo sea el sistema actual que por décadas nos ha venido frenando en nuestro progreso como nación.
*Licenciado en Derecho, maestro en juicio orales
jperezayola@gmail.com
Twitter @PerezZayola
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