CRÍTICA DE LA RAZÓN CÍNICA
Ahora y en la hora
Por: Rael SalvadorLas últimas palabras de Victoria se encuentran en este libro.
A decir de su autor, Héctor Abad Faciolince, son “los terribles brochazos trazados por su propia sangre (…), huellas de un lienzo involuntario de ese sofá blanco donde perdió para siempre su preciosa conciencia".
"Ahora y en la hora" (Alfaguara, 2025), un libro de amor y dolor, ofrece testimonio de la muerte de Victoria Amelina (1986-2023), poeta, novelista y escritora de libros infantiles, nacida en Ucrania, quien a sus 37 años catalogaba, como periodista y activista de una ONG -"Sabuesos de la Verdad"-, crímenes de guerra en el conflicto ruso-ucraniano.
No resultó nada fácil a Héctor Abad Faciolince (Medellín, Colombia, 1958) consolidar la narrativa de "Ahora y en la hora" -ante la ofensa humana de las fuerzas que flaquean-, páginas de una dureza implacable donde se concentra, en emociones y reflexiones -tartamudeos de culpa y remordimientos que parecen surgir como aullidos de "la boca del lobo"-, el acontecimiento que llevó a la joven Victoria Amelina a perder la vida en julio de 2023.
Colega en los oficios por la paz en Ucrania, Victoria es asesinada frente a los ojos de Abad Faciolince -y tres compañeros más, quienes se encuentran en la misma mesa de un restaurante en Kramatorsk, cerca del frente de guerra-, en la que será la cuestionable "gratuidad" más perfecta del blanco de un misil ruso a la hora de degustar una pizza.
La parte occipital de la cabeza de Victoria Amelina recibe la metralla del estallido de un misil de 600 kilos de explosivos y, palidez acentuada en el relámpago de lo irremediable, su cuerpo permanece disciplinariamente sentado ante sus propias heridas de muerte.
La sangre empieza a imprimir su dolor sobre el blanco final: mueren 12 personas más, en su mayoría empleados del restaurante, dejando sesenta y dos heridos de gravedad por los alrededores ya en escombros.
¿Qué ha sucedido? Esa es la pregunta que intenta responderse el escritor Abad Faciolince en "Ahora y en la hora". Entre el polvo viciado del estupor de un infierno buscado, paso a paso recorrido por la irresponsabilidad y la negligencia permanentes, la curiosidad obscena y deseos solidarios de conocer de primera mano la zona de guerra, cuando la sorpresa, nada azarosa -¿"Ruleta rusa" de la tragedia?-, dispara su misil al corazón de la campaña "Aguanta Ucrania", llevada por Sergio Jaramillo, acompañante del autor de "El olvido que seremos", quien se encuentra en Ucrania presentando la traducción de su libro.
Abad Fascilence, ante la imposibilidad de volver el tiempo atrás y contar de nuevo con la presencia de la joven y talentosa Victoria Amelina, se reconoce como "un viejo, medio harto de la vida, que se siente culpable de sobrevivir en esas circunstancias".
El libro recorre el laberinto, opaco y seco, de una consciencia que se incinera a cada intento de palabras que se le niegan con torpeza, donde un movimiento -el cambio de lugar que se dio en la pizzería, dado a su sordera y deseos de escuchar- le permite ahora estar con vida, sacrificada la existencia de Victoria…
¿Qué diablos hacer ante ese terror personal que emerge como un infierno a cada instante?
Responde el escritor Héctor Abad Faciolince: "Este libro es el relato de mi solidaridad con Ucrania y de mi obsesión con lo que debió ser el lugar y la hora de mi muerte".
No me convence: el amor es de una pureza incólume, como la blancura de un cisne -ese canto final que fue Victoria Amelina-, nunca obligada por el terrorismo del dolor.
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