Puente Roto- Zacazonapan- Chuquicamata por la Vía rápida
Ensenada, BC. Si es usted uno de mis cuatro o cinco asiduos lectores, habrá notado que esta columna procura sacarle la vuelta a los “temas de actualidad”… Pero ya se acerca la temporada del Tenorio de la APE y una duda me carcome la sesera: si el año pasado se llamó “Sube, Pelayo, sube”… ¿este año se llamará “Baja, Pelayo, baja”? Espero que no salgan con un título sin chiste tipo “El Tenorio en Campaña”. En todo caso mejor que le pongan “El Tenorio Copetón”, o “Don Juan Copetón, el Tenorio Destapado”. O “Don Juan Copetes vs. el carnal Chelito”. Hablando del Tenorio de la APE, me encontré la letra de la canción del año pasado, que yo confeccioné. Se canta con la música del Puente Roto (de Víctor Cordero). Y dice así: Cuando yo supe quererte te abrazaba yo en el puente, nos quisimos de un jalón. En las tardes tan serenas, después de las “votaderas” gané siempre la “eleición”. Luego, “sabe qué pasó”: la caballada enflacó y todito se acabó… Para colmo de mi suerte fue creciendo la corriente y hasta el Puente se pandeó. El Puente Roto le llamo yo al voto duro que “se rajó”. Así dejaste en la votación hecho pedazos mi corazón. Ahora tú en el Puente Roto abrazada con Pelayo ni te acuerdas de mi amoooor, porque así son los votantes: uno gasta harto en campañas y le dan a uno el “voltión”. Se podría pensar que es un abuso haber tomado la música y haber procedido a darle en la torre, sin pedirle permiso, a los inspirados versos originales del Sr. Cordero. Pero también se podría tomar la cosa por el lado amable. Después de todo, Don Víctor rindió tributo a la madre tierra hace mucho tiempo (en 1983) y el año pasado estaba reciente el asunto del Puente Roto y los pocos que fueron a votar realmente dieron la sorpresa de la temporada. Digo, no todos los días se pandean los puentes (ni el “Tri” recupera plazas otrora blanquiazules). Así que, perrrrdón y sin permiso. Ultimadamente, es práctica común usar una musiquilla y plantarle otra letrilla. Y ahora (los misterios geográficos de la mente son insondables), por el Puente Roto (y remendado), llegamos a Zacazonapan. Fíjese usted en que, así como el Huapango de Moncayo es el segundo himno nacional mexicano, “Zacazonapan” es el segundo himno de la nación mexiquense. Aunque, a decir verdad, más bien “Zacazonapan” es el himno real de la nación mexiquense. Por lo menos por los rumbos de Toluca, nadie le hace mucho caso al oficial, que comienza con una “Intro” como de corrida de toros para luego declarar “…El Estado de México es una prepotente existencia moral/ porción es de la prístina cuna/ de la gran libertad nacional...” Ajá. Y luego se pone peor: Digo, ni cómo ayudarle. Chéquelo nomás: http://bit.ly/nfpTnt Es mucho más pegajoso “…En el Estado de México nací/ yo soy de Zacazonapan, donde crecí. / Y se escapan, de mi Zacazonapan, cantares que atrapan al corazón”. http://bit.ly/px8WpJ La canción la compuso Rubén Méndez del Castillo (México, 1910- 1983) allá por los años sesenta. Es pegajosa, sencilla, bonita, alegre. Méndez es autor de un titipuchal de canciones (más de mil), entre las que destacan dos francamente geniales:”Pénjamo” y “Pos Cui cuiri”. Los cantares que se escapan de Zacazonapan atrapan tan bien los corazones que cautivaron el del cantante chileno Antonio Prieto, quien (a mediados de los años setenta) procedió a apañarse la tonadita, para hacer la letra de su canción “Cuquicamata”. http://bit.ly/qhm9c1 Y no es por hacer chisme, pero no nomás se apañó la tonadita. También requisó la estructura general del “asunto” (a medio camino entre el turismo y la querencia). Me están dando ganas de apañármela yo pá confeccionar la canción del Tenorio Copetón.
...