“LA BRÚJULA”

Incapacidad para complementarnos

Por Heberto Peterson Legrand
lunes, 3 de septiembre de 2018 · 00:00

A través de los medios de información nos mantenemos, más o menos, actualizados de lo que sucede todos los días del acontecer local, nacional e internacional.

Con sus excepciones, nos damos cuenta de la falta de capacidad o voluntad de muchas organizaciones e instituciones, tanto de la iniciativa privada como gubernamentales, para ponerse de acuerdo y saber superar las diferencias que tengan.

Esta falta de capacidad o voluntad provoca retrocesos, estancamientos y costos que mucho daño hacen a la sociedad. El desgaste a que se ven sometidas es el resultado de una falta de voluntad para querer realmente resolver los problemas en lugar de agrandarlos, profundizarlos y complicarlos cada día más.

Quien de antemano se cierra y no está abierto al dialogo denota falta de madurez, una estrechez mental incapaz de apertura para tratar de entender al otro.

Algo que los seres humanos parece no queremos entender, es que somos personas que sólo en sociedad podremos realizarnos con mayor plenitud; que somos personas para complementarnos con los demás. No somos autosuficientes, no podemos resolver todo por nosotros mismos, requerimos de los otros pero hay que tener la humildad de reconocerlo y no caer en la soberbia de que no necesitamos de nadie.

Cuando se está en conflicto, esta situación ocupa el campo de nuestra atención y corremos el riesgo de dejar de ser productivos, el desgaste y las presiones nulifican la creatividad y ello empobrece los organismos e instituciones que quedan atrapadas en las rutinas sin capacidad para encontrar nuevos caminos de crecimiento y evolución

Veamos la prensa en lo internacional y constataremos la cantidad de conflictos por el choque de intereses, la incapacidad para el dialogo y el uso de medios nada éticos para tratar de imponer al otro los propios criterios. La racionalidad no tiene espacios y caemos en la ley de la selva donde la ley del más fuerte o la del más agresivo tratarán de imponerse sin importar conocer que quiere o piensa el otro.

Si incursionamos en lo nacional nos encontraremos con un gobierno hegemónico que deberá buscar coincidencias, saber escuchar y entender que no siempre las mayorías tienen la razón si acaso la imposición; los intereses de grupos o de partidos, no deberían sólo estar buscando la paja en el ojo ajeno; exhibiendo las debilidades del otro y ocultando las virtudes si las tiene, se esta en un momento en el que hay que colaborar y no golpear, jalar el tapete, es momento para sumar, para reconocer fortalezas, para armonizar las relaciones...y si, desde luego hacer crítica constructiva y hacer valer los criterios propios con argumentos sólidos.

Si nos bajamos a lo local hemos visto los desencuentros entre los gobiernos municipales y los organismos empresariales; las distintas visiones de lo que debe ser el destino de la sociedad y hemos visto actitudes viscerales y no la disposición de ver con objetividad y juntos cual debe ser ese destino o vocación; desencuentros entre “ecologistas”, ecologistas y empresas respecto si traerán beneficio o no a Ensenada, en fin una sociedad que me da la impresión que está dividida y no unida, donde quizá hasta las relaciones humanas se han lastimado, ya sea por intereses creados o por la falta de capacidad para buscar las coincidencias por encima de las diferencias, se incurre más que en el argumento en el insulto ( que no es argumento) y ello cierra las posibilidades de diálogo.

Si nos vamos a las páginas de la historia podemos constatar como la falta de buena voluntad del ser humano es lo que ha ocasionado tanto dolor, dolor provocado no por la ignorancia sino por el egoísmo y la falta de solidaridad para con los demás.

Complementarme con los otros es poner a su disposición nuestras capacidades y talentos para juntos construir y recibir de los demás todo aquello de lo que carecemos y ellos con sus capacidades y talentos nos enriquecerán.
 

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