Buenos y malos maestros
La Educación atascada en lo moralEnsenada, B.C.
“Alfabeto, pan y jabón, hay que decir. Y lo demás se os dará por añadidura”. Alfonso Reyes.
Existen todavía, en la primera década del siglo XXI, profesores que confunden Educación con ‘buenos sentimientos”, encasillando sus reflexiones en lo “moral” y algunos otros aspectos éticos que carecen de sustancia -en materia académica-, olvidándose por completo de la metodología de la instrucción.
Con una periodicidad tartamuda, los Diarios intentan ilustrar el panorama de la Educación en México, ofreciendo un retahíla de notas -raros son los artículos de opinión, así vengan del burro de Carlos Alazraki, por no hablar de la inexistencia de reportajes serios- donde sólo se muestra el barniz oscuro de la grave problemática que atraviesan los alumnos, los profesores y las autoridades responsables, todos ellos inmersos en un Sistema Educativo ajeno a la transparencia.
Aquí hago referencia a lo “moral”, entre comillas, porque la más de las veces éstos optimistas desinformados -aunque aporten consuetudinariamente un bagaje de confusiones sin sustento- sólo encubren de “buenas intenciones” un proceder académico que debería verse reflejado en dominio de competencias y conocimientos, que ayudarían, antes que nada, a sortear económicamente la vida diaria, no sólo como paupérrimo campesinado o maquiladores de mano de obra barata o narcomenudistas suicidas…(aquí podría meter toda la “oferta” delictiva y criminal que promueve una sociedad desequilibrada como la nuestra, pero me abstendré para una entrega especial).
Si en verdad existiera una inquietud genuina, se atendería la urgencia académica de este presente negro -fuera de la impostura de ENLACE (Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares) y otros exámenes que poco aportan a la Educación, si no es una estadística que se lee “moralmente” en resultados numéricos de “buenas” y “malas” escuelas, de “buenos” y “malos” profesores, de “buenos” y “malos” alumnos, de “buenos” y “malos” padres de familia, etc.-, aportando coherencia entre lo que representa hacer bien el “bien”, ejemplificándolo, y no sólo promocionando su intención.
Quien sabe hacer una cosa, la hace; quien no, la enseña (y luego dice que es grande).
raelart@hotmail.com
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