LA COMEDIA POLÍTICA

Los chimoltrufios

Por Dan T.
domingo, 14 de enero de 2018 · 00:00

Agencia Reforma/Ciudad de México

La Chimoltrufia era famosa por aquello de “así como digo una cosa, digo la otra”. Los chimoltrufios son esos políticos que hoy están en un cargo, mañana en otro; hoy defienden una causa, mañana otra. Y hoy están en un partido, mañana en otro y pasado mañana en otro más.

El chimoltrufio del momento es, sin duda, Javier Lozano. El senador poblano acaba de renunciar al PAN para dar la mayor pirueta de su vida: ¡regresar al PRI! Si en el amor no hay peor error que regresar con un ex, imagínate lo que eso significa en política. Es como hacerte la jarocha, pero al revés. Porque Lozano originalmente era priista y cuando el PAN llegó al poder, mágicamente se pintó de azul y blanco, lo que en realidad lo hacía parecer pitufo más que panista. Con el PAN, Lozano llegó a secretario de Estado, ahora es senador y soñaba con ser gobernador de Puebla. Como no se le hizo y, además, trae pleito casado con Ricardo Anaya, Lozano decidió de pronto que ya no quiere ser panista y renunció a ese partido. Y más tardó en decir “me voy” que en llegar corriendo a los brazos de nuestro siguiente chimoltrufio: José Antonio Meade.

El candidato del PRI hasta hace unos días se presentaba como el güey más buena onda del mundo, sonreía como el Dalai Lama, hablaba bajito como la Madre Teresa y se acercaba a los niños con tanto amor como Chabelo. Pero, de pronto, dio el cambiazo y ahora anda desatado. Su más reciente hazaña fue tratar de defender lo indefendible: a los corruptos de su partido que fueron apresados por el gobierno de Chihuahua. En lugar de deslindarse, hacerse el loco o simplemente pintar su raya de esos transas, Meade no sólo los defendió, sino que acusó al gobernador Javier Corral de mentiroso y hasta de ¡torturador! Me recuerda a esos que se las dan de muy santos y en un archivo secreto de su computadora tienen porno hasta con caballos.

Y así pasamos a nuestro siguiente chimoltrufio: Roberto Campa Cifrián, el nuevo secretario del Trabajo. Este sujeto es uno de esos personajes que se la pasa cambiando de discursos como un millennial cambia de chambas (tú sabes quién eres). Campa empezó en el PRI y lo mismo ha sido diputado que procurador del consumidor, asambleísta y responsable del Sistema Nacional de Seguridad Pública; dirigente priista y candidato presidencial de Nueva Alianza. Hasta ayer era quien se encargaba del tema de los Derechos Humanos en la Secretaría de Gobernación y, hoy, bueno, pues hoy así como dice una cosa, dice la otra, por lo que está a cargo de los temas laborales y sindicales en el gobierno federal. Y en diciembre se alquila como rey mago o como Niño Dios, lo que se ofrezca.

Striptease de AMLO
Qué encuerada le pusieron a Andrés Manuel López Obrador. Resulta que Morena va a postular como candidato a diputado federal, ¡agárrense!, a Sergio Mayer. Se trata de un actor que no actúa, un cantante que no canta, un empresario que no sabe hacer negocios y un stripper que, pues, se quita la ropa. El tal Mayer es famoso por... por... por... pues en realidad no ha hecho nada digno de recordar en toda su vida, pero le encanta ser famoso. ¿Por qué Morena postularía como legislador federal a quien bailaba “yo tengo una bolita que me sube y me baja”? Pues por la simple y sencilla razón de que necesitan atraer votos, aunque sea con figuras del espectáculo. Y esto, como decía, deja encuerado a AMLO que tantas veces ha dicho que no son unos vulgares ambiciosos, simplemente tiene el alma en pedazos, ya no aguanta esta pena, ¡es como una condena!, desde que me dejaste, la ventanita de tu amor se me cerró.
 

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