¿Qué pasa o no pasa, en Ensenada?

Nunca los peores pueden ofrecer las soluciones mejores

Arcángel Rojo

Rolando Daniels Pinto
Con el inicio del proceso electoral, en los medios de comunicación se barajan nombres de ciudadanos como posibles candidatos a la Presidencia Municipal de Ensenada, algunos – hay que decirlo – más por iniciativa de los medios de comunicación, aunque al final esas personas no se deslinden de la mención.

En algunos casos se hace referencia a burócratas o políticos que más pareciera buscan desde su posición aumentar su poder, pero en el caso de los personajes del sector empresarial queda la impresión de que aprovechando su situación cupular, se creen con la capacidad de aventurarse hacia el gobierno.

Pero entre todos los mencionados, tengan o no intención de ser alcaldes, existe un factor común: a ninguno se le ve ni de lejos tan siquiera un bosquejo de un proyecto ni para la ciudad y mucho menos para municipio de Ensenada; peor aún, en ciertos casos evidencian total incapacidad para gobernar.

¿Qué motiva entonces a ciertas personas a pretender presidir un municipio prácticamente en quiebra, con excesiva nómina, escasos recursos propios, una deuda impagable y una enorme tradición de ausente en la aplicación estricta de su propia normatividad que ha generado una Ensenada casi caótica?

Con excepción de las nuevas inversiones, especialmente en el ramo turístico (hotelero y gastronómico), nada despreciables por cierto, así como la perene pujanza de los tradicionales sectores maquilador, agroindustrial y pesquero orientados a la exportación, en Ensenada parece no suceder nada nuevo.

Basta leer las notas en los principales medios de comunicación de la localidad para percatarse sobre la ausencia de positivos sucesos trascendentes que cimbren la cotidianeidad ensenadense; cuando existe espacio para notas sobre el raspado de una calle, de una canción para aves, el cómputo de divorcios, festivales escolares o el predominio de la nota policiaca, es indudable que Ensenada camina lerdo.

¿Dónde están las notas acerca de nuevas inversiones que generan empleos calificados y bien pagados, sobre investigaciones científicas que resuelven algún problema de la comunidad; las que difunden innovadores emprendimientos de jóvenes ensenadenses, o las de estudiantes de primaria y secundaria elevando su nivel de aprovechamiento en matemáticas, física, química o biología; dónde pues?

Lejos de eso, la notas dominantes son las criminales, sobre los deficientes servicios públicos, las posturas mediáticas de algunos políticos – algunos más bien remedos de – auto promocionándose y las de ciertos empresarios opinando de economía, ecología, administración pública, desarrollo urbano, política económica y fiscal. ¡No hombre, son unos genios! Algunos protagónicos y con ansias políticas.

Entretanto, los ciudadanos comunes – empresarios, profesionistas, académicos, empleados públicos y privados, etc. – quienes se dedican a trabajar lejos de las grillas cupulares – públicas y privadas – desean mejores gobernantes, honrados y eficaces, así como un sector empresarial bien pujante que ofrezca más y mejores empleos formales, para que entre todos juntos eleven su calidad de vida.

La próxima campaña debería estar dominada por la exigencia social de conocer proyectos verdaderamente serios de ciudad y municipio entre los cuales elegir, no como esa estupidez reciclada de: Ensenada ciudad de la esperanza, la que un remedo de político anda promocionado. ¡Urge seriedad!

¿Qué pasa, o no pasa en Ensenada, que se mantienen en un letargo? Se requieren propuestas políticas revulsivas, no candidatos repulsivos; honestidad, eficiencia y eficacia es la alternativa; no improvisación e inexperiencia. ¡Sólo los ensenadenses de bien pueden darse el destino que merecen!

rdanielspinto@hotmail.com