Reclamo contra desigualdad

La desigualdad económica y social debe desembocar en un reclamo nacional, considera el especialista Rolando Cordera.

“El desafío central que articula la cuestión social es de nuevo, como lo fue a principios del siglo XX, la desigualdad económica y social que se reproduce en el tiempo y en el espacio en la estructura de las clases sociales, y que, sin embargo, no ha encontrado una adecuada acogida en el discurso político y social”, advirtió.

Premio Nacional de Ciencias, Cordera presentó su obra La perenne desigualdad (Fondo de Cultura Económica), una antología de ensayos sobre la materia de las últimas décadas.

“Es importante y urgente que el consenso creciente sobre la presencia de una cuestión social marcada por la pobreza de masas. Este reconocimiento documentado, cada vez más sofisticado, de lo que significa la cuestión social, los números de la cuestión social, desemboquen en un reclamo nacional en contra de la desigualdad y por el abatimiento pronto y sostenido de la pobreza extrema y del resto de las categorías de pobreza que conocemos”, propuso.

El libro, explicó Cordera, está pensado como una convocatoria para plantear la necesidad de darle a la desigualdad la centralidad que muchos coinciden que debe tener.

De cara a la conmemoración de los 50 años del movimiento estudiantil del 2 de octubre de 1968, el autor propuso introducir la cuestión social de la desigualdad.

“Una de las mejores maneras de recordar el movimiento es meter el reclamo social”, dijo.

Cordera urgió a valorar la desigualdad económica y social como un factor central de análisis y consideración en los días que corren.

“Entonces hay que procurar el abatimiento pronto y sostenido de la pobreza extrema y de la reducción del resto de las categorías que conocemos”, valoró.

Al respecto, el documento Propuestas Estratégicas para el Desarrollo 2019-2024, presentado por la UNAM, sugiere una redistribución equivalente a 5 por ciento del ingreso y a 1.6 por ciento del Producto Interno Bruto, lo cual permitiría reducir la pobreza extrema a 1 por ciento, es decir, terminar casi por completo con ella.

Fuente: Agencia Reforma