La defensa de la autonomía sigue vigente

El lunes pasado, hace 50 años, un obús de bazuca de las fuerzas armadas derribó la puerta principal del antiguo Colegio de San Ildefonso, sede de las preparatorias 1 y 3 de la UNAM, haciéndola volar en pedazos.

“Con ello se inició una sistemática represión de libertades y una serie de acciones en contra de la autonomía de nuestras principales casas de estudio”, expresó Enrique Graue, rector de la universidad de la nación, en una inusitada conmemoración a medio siglo del inicio del movimiento estudiantil de 1968.

En efecto, aquel 30 de julio de 1968 fue un parteaguas con consecuencias para la transformación democrática de nuestro país que, sin lugar a duda, alguna parte tuvo qué ver en el vuelco electoral del 1 de julio.

La autonomía de nuestras universidades públicas no es una idea abstracta, como expresó el rector Graue, citando al entonces rector de la UNAM, Javier Barros Sierra; “es un ejercicio responsable que debe ser respetable y respetado por todos. La defensa de la autonomía universitaria sigue siendo vigente; autonomía para enseñar, para investigar y difundir la cultura; autonomía para administrarse y elegir a las autoridades académicas, autonomía con la que las universidades enfrentan los embates políticos y las injerencias externas a la vida académica”, un caro valor.

La autonomía de las universidades no es una cosa menor y tiene sentido hablar que su defensa sigue vigente, baste recordar que ocho de ellas fueron usadas por la Secretaría de Desarrollo Social, a cargo de Rosario Robles; el Banco Nacional de Obras, con Alfredo del Mazo como titular y Pemex, a cargo de Emilio Lozoya, para desviar 7 mil 670 millones de pesos hacia empresas fantasma, hecho popularmente conocido como “la estafa maestra”.

El 30 de julio de 1968, al día siguiente del bazucazo en el centenario edificio de San Ildefonso, el rector Barros Sierra mandó izar la bandera a media asta en la Ciudad Universitaria y convocó a investigadores, profesores y estudiantes a una marcha de protesta. La Secretaría de Gobernación, a cargo de Luis Echeverría, ordenó al rector no asistir a la marcha. Lejos de acatar, Barros Sierra encabezó la marcha y dijo a la comunidad: “hoy es un día de luto para las universidades, la autonomía está amenazada”.

Las universidades públicas generan más del 50% del conocimiento nuevo, lo que no se sabía de la vida, de las enfermedades, del organismo humano, las células, la materia, el cosmos, la naturaleza, el clima, la atmósfera, el agua, la energía, los alimentos, de los fenómenos sociales, políticos, económicos, de la administración pública; impulsan el pensamiento crítico. Para lograrlo requieren libertad, autonomía.

*Comunicación de la Ciencia UNAM-Ensenada

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