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La “antigua” guerra de los navegadores de internet

A diferencia de la guerra de los navegadores ocurrida hace dos décadas, ahora no se tiene sólo la plataforma de las computadoras de escritorio, pues hoy en día las tablets, los smartphones, e incluso las televisiones requieren de navegadores
jueves, 16 de abril de 2015 · 00:00
Por: J. Antonio García Macías/COLABORACIÓN*

jagm@cicese.mx

En el año 1993 el National Center for Supercomputing Applications (NCSA) de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign empezó a distribuir un software que causaría toda una revolución.

Se trataba de Mosaic, un navegador para el WWW con capacidades gráficas que primero apareció para plataformas Unix y meses después para Windows.

Y no es que fuera el primer navegador Web, pues ya algunos años antes Tim Berners Lee, al crear su proyecto World Wide Web tuvo que hacer un navegador.

El problema de ese navegador es que era para la plataforma NeXT, la cual no era muy conocida. Después fueron surgiendo algunos otros navegadores, pero lo que distinguió a Mosaic es que tenía una interfaz de usuario amigable, era fácil de instalar, desplegaba gráficas embebidas en el texto (a diferencia de otros que abrían ventanas separadas para desplegar las gráficas), además que estaba disponible para Windows, que era la plataforma más popular.

Con eso, el WWW que hasta entonces era conocido solo en algunas universidades y centros de investigación, empezó a cobrar gran popularidad y a ser usado por personas sin muchos conocimientos técnicos. Se podía hablar ahora de la era del Web.


El líder: Netscape

Los principales desarrolladores de Mosaic eran los estudiantes Marc Andreessen y Eric Bina, quienes luego fueron convencidos por Jim Clark para que dejaran NCSA y se fueran con él a fundar una compañía. Clark ya era un veterano en eso de hacer compañías exitosas, de las cuales la más reciente había sido Silicon Graphics.

Andreessen y Bina se llevaron a otros compañeros del NCSA a su nueva empresa, la cual inicialmente se llamó Mosaic Communications Corporation, pero luego cambió el nombre a Netscape Communications Corporation.
Pronto lanzaron al mercado Netscape Navigator, el navegador que se convertiría en el más popular de los que ya empezaban a aparecer, llegando a tener cerca del 90 por ciento del mercado de los navegadores.

Lo curioso es que mientras esto sucedía, la compañía Microsoft, a pesar de ser la líder en software para computadoras de escritorio, no tenía en sus planes nada que tuviera que ver con internet.

De hecho, Microsoft no tenía siquiera un servidor Web para que las personas pudieran conocer a la empresa y sus productos. Se ha documentado que tuvieron que instalar uno en 1993 porque Steve Ballmer, el segundo de a bordo en Microsoft, estaba ya harto de que clientes corporativos le preguntaran que por qué no tenían una presencia Web y por qué Windows no tenía conectividad TCP/IP.

Ballmer fue con algunos de sus programadores y les dijo "no se que sea TCP/IP, ni quiero saberlo, pero los clientes lo están pidiendo, así que pónganse a trabajar en ello”.

Lo que hizo a Microsoft prestar atención hacia "el asunto ese del Internet” fue que en Netscape empezaron a decir que el navegador sería la única pieza de software que los usuarios necesitarían.

Según Netscape, para los usuarios sería irrelevante el sistema operativo, pues éste no sería más que una base para el navegador, en el cual podrían hacer todo lo que necesitaran.

¿Volver a Windows irrelevante? por supuesto que esto no estaba en los planes de Microsoft, quienes echaron entonces la maquinaria a volar para posicionarse en el mercado del internet. Para ello, tenían que tener un navegador Web, pero como ya estaban muy atrasados, en vez de iniciar el desarrollo de uno, decidieron comprarlo.

Por lo tanto, fueron con la empresa Spyglass, la cual había desarrollado un navegador con base en licencias adquiridas directamente de NCSA, al cual llamaron Spyglass Mosaic.

O sea que Microsoft estaba adquiriendo software que tenía como base el código de los fundadores de Netscape.
 
Luego, modificaron Spyglass Mosaic, lo renombraron Internet Explorer (IE) y lo liberaron de forma gratuita. Esto era un ataque frontal a Netscape, pues la empresa cobraba tanto las diferentes versiones de su navegador, además de tener una línea de servidores.


El golpe mortal de Microsoft

Al no poder competir con un producto que era gratuito, Netscape empezó a perder mercado. Pero el golpe mortal vino cuando Microsoft integró completamente el navegador con el sistema operativo, de tal suerte que no se podía tener una versión de Windows que no incluyera al Internet Explorer.

Además, al estar integrados navegador y sistema operativo, no había navegador sobre Windows que pudiera competir con IE en cuanto a eficiencia. Pero por esta estrategia Microsoft pagó un alto precio, pues duró varios años en procesos legales por prácticas anticompetitivas.

Sin embargo, al final el resultado fue que Netscape se fue a quiebra, mientras que Microsoft se posicionó como el líder de los navegadores. Para el año 2000 ya tenía el 95 por ciento del mercado, lo cual significaba prácticamente un monopolio. 

El gran dominio de IE también significó que Microsoft se volviera algo autocomplaciente, pues su posición dominante no los motivaba a seguir mejorando el navegador. Con el tiempo fueron apareciendo navegadores más innovadores tales como Opera, Firefox, Safari y eventualmente Chrome.

Con el tiempo IE se convirtió en el objeto de burlas de la industria, pues no está a la par de los navegadores modernos en funcionalidad, eficiencia, seguridad e incluso usabilidad.

Ante esta situación, Microsoft anunció recientemente el retiro definitivo de IE, anunciando también que en Windows 10 se incluirá un nuevo navegador llamado Spartan.

A diferencia de la guerra de los navegadores ocurrida en la década de los 90, ahora no se tiene sólo la plataforma de las computadoras de escritorio, pues las tablets, los smartphones, e incluso las televisiones requieren de navegadores.

Ésto lleva a preguntarse si habrá un solo dominante para cada una de ellas, o bien, cada cual tendrá el propio. De hecho ¿será que en el mundo móvil dominado por las apps resulta tan relevante el navegador?

Con el tiempo Internet Explorer se convirtió en el objeto de burlas de la industria, pues no está a la par de los navegadores modernos en funcionalidad, eficiencia, seguridad e incluso usabilidad

*El autor es investigador en el Departamento de Ciencias de la Computación del Cicese.

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