Paquete económico 2012

martes, 27 de septiembre de 2011 · 00:00
Ensenada, B.C. El Ejecutivo federal presentó el pasado 8 de septiembre, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el Paquete Económico para 2012. En éste no se contiene una propuesta de reforma fiscal integral, aunque sí se contemplan algunos cambios que merecen atención, en materia de: comprobantes fiscales, régimen de intereses, obligaciones en materia de IETU, dictámenes fiscales, estímulos fiscales, entre otros. Es necesario puntualizar que al cabo de éste sexenio, ni los diputados ni el Ejecutivo Federal, tuvieron la capacidad ni voluntad, mucho menos visión de futuro, para alcanzar las reformas estructurales que tanto necesitamos los mexicanos. A los 11 diputados federales de Baja California, bien valdría la pena cuestionarles su trabajo en éste contexto y sin lugar a dudas, tienen una cuenta pendiente con los ciudadanos de éste Estado. La realidad es que no podemos aspirar a un paquete económico muy diferente al enviado al Legislativo ya que hizo falta insisto, la visión de estadistas para pavimentar algo mejor y finalmente, como siempre, quienes pagamos esta falta de decisión política, somos los mexicanos. Prácticamente estamos en elecciones (nuevamente) y será muy interesante ver las respuestas de nuestros representantes cuando se les señale, cuestione y critique por haberle faltado nuevamente al interés nacional y haber antepuesto el interés de partido y de grupo. Pero regresando un poco al tema del paquete económico 2012, es importante destacar que la política tributaria del país constituye un instrumento de política económica, por lo que hablar de impuestos es hablar de economía. Así las cosas, en este México globalizado, no solamente los empresarios están compitiendo con el resto del mundo en el tema económico, sino que también nuestro país está compitiendo con su esquema fiscal. Por lo anterior, es urgente contar con un esquema fiscal que sea claramente competitivo en el contexto internacional, para estar en posibilidades de mantener los capitales mexicanos y para atraer las inversiones extranjeras. No cabe duda de que si hay inversiones nacionales y extranjeras, habrá empleo. Con inversiones y con empleo se generará el pago de impuestos; habiendo inversión, empleo e impuestos, habrá bienestar social. Este es el círculo virtuoso al que debemos incorporarnos, evitando el círculo vicioso de la inversión, el empleo y los impuestos insuficientes, que traen como consecuencia la falta de bienestar social. Es preocupante, alarmante e incluso indignante que México no cuente con un esquema fiscal que sea eficiente. Esta afirmación no es sólo del Colegio de Contadores Públicos de México, A.C., también es compartida por el Foro Económico Mundial (World Economic Forum), el Banco Mundial y el propio Ejecutivo federal, entre otras instituciones. Es claro que a nuestro país le urge alcanzar niveles de recaudación que estén entre 16 y 18 por ciento del PIB. Históricamente no hemos logrado sobrepasar niveles de recaudación de aproximadamente diez por ciento del PIB, no obstante las múltiples reformas fiscales (fundamentalmente recaudatorias para aplicarse a los contribuyentes cautivos y sin una visión de mediano y largo plazo) que se han implementado año con año desde hace décadas. Esta meta de 16 a 18 por ciento del PIB no es utópica: baste recordar que el promedio de recaudación en los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, a la que pertenecemos, es de 25 por ciento, y en América Latina es de 15 por ciento. No debemos desaprovecharse la oportunidad histórica que en este momento se nos presenta, para implementar la reforma hacendaria-fiscal que México requiere para hacer frente a todos sus compromisos y, muy particularmente, a aquellos que están relacionados con la inversión social. * El columnista es Vicepresidente de la Región Frontera Norte de la Coordinación Nacional de Líderes Empresariales (Conale) hector.contreras@lidasa.com

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