“El arte de ser audaz”

viernes, 13 de septiembre de 2013 · 00:00

Si te sientes inseguro frente a determinadas acciones, decisiones y pensamientos, lo ideal es que no intentes nada. Las dudas y titubeos se transmiten en la ejecución del plan que deseas llevar a cabo. La timidez puede ser muy peligrosa si estás frente a alguien que espera mucho de ti, o espera inhibirte. Debes aprender a conocerte y profundizar en tus acciones, es decir, cuáles son tus talentos que te permitirán dar guerra y éxito frente a cada acto o personas que desees demostrarles tu astucia y seguridad. Aprender y convertirte en una persona audaz te dará la seguridad de alcanzar tus objetivos: personales y laborales. Aún, ante cualquier error que cometas, si aprendes a manejar con naturalidad y seguridad tu audacia habrás vencido a cualquier contrincante. 

El mundo está lleno de personas que buscan sobresalir, pero sobre todo, lleno de personas en busca de poder y orgullo que cuidan con celo cada acto y pensamiento para no ser arrebatados sus ideales, sus sueños. Todos cuidamos siempre algo o alguien más en nuestras vidas, me parece genial, pero sin llegar a quitarte energía, entusiasmo y enfoque. Así es, entre más te esfuerces en obtener algo basado en el orgullo y soberbia, más difícil encontrarás la audacia en tu vida. La verdadera audacia se encuentra en la medida de lo que eres y buscas para una vida de plenitud y gozo. Es necesario que aprendas a tener una autoridad y que ganes respeto, tomando en cuenta en que en el momento de que alguien trate de inhibirte, sientan que tu audacia aumenta. Ante tal situación, te recomiendo lo siguiente: Aguarda, sin hacerte notar todavía, sin demostrar ambición ni descontento, espera, llegará el momento, porque sé que ganarás tu causa.

La sociedad está llena de gente que tiene pensamientos audaces, para carece de talento para darlos a conocer. Di lo que sientes en público, la expresión de sentimientos compartidos siempre otorga poder. La mayoría de las personas son tímidas, quieren evitar tensiones y conflictos y desean que todos los quieran. Quizá esas personas consideran realizar acciones audaces, pero rara vez los llevan a cabo. Tienen terror a las consecuencias, de lo que los demás podrían pensar de ellos, de la hostilidad que genera si no se atreven a ir más allá de lo habitual.

Aunque puedes disfrazar tu timidez con el manto de la preocupación ante los demás y con el deseo de no herirlos u ofenderlos, la verdad haces todo lo contrario: en realidad aunque los seres humanos somos egoístas, preocupados por nosotros mismos y por cómo nos perciben los demás, si aprendes a ser audaz lograrás que los demás se sientan más cómodos, dado que no presentas timidez ni represión.

La audacia de Casanova no se manifestaba mediante un audaz acercamiento a la mujer deseada, ni mediante palabras intrépidas para halagarla, consistía en la habilidad de rendirse por completo a ella y hacerle creer que por ella haría cualquier cosa, incluso arriesgar la vida, algo que, en efecto, en algunas oportunidades hizo. 

Parte del encanto de ser seducidos radica en que ello nos hace sentir por entero absorbidos por el otro y nos extrae temporariamente de las dudas habituales de nuestra vida. En cuanto un seductor titubea, el encanto se rompe, porque tomamos conciencia del proceso, de su esfuerzo deliberado por seducirnos. Por lo tanto, se admira a los audaces y “preferimos rodearnos de ellos, porque su confianza en sí mismos es contagiosa y nos permite evadirnos de nuestra propia introversión y timidez”

Definitivamente pocas son las personas que nacen audaces. Hasta Napoleón tuvo que cultivar el hábito de la audacia en el campo de batalla donde se decidía entre la vida y la muerte. En un entorno social, Napoleón era tímido y retraído, pero logró superarlo y aprendió a practicar la audacia para beneficio de todos los aspectos de su vida, “porque comprendió el tremendo poder que ello conlleva y de qué manera una actitud audaz agranda, literalmente, a la persona.

Debes practicar y desarrollar tu audacia. A menudo le encontrarás un buen uso. El mejor lugar para empezar es en el mundo de los negocios y en las relaciones personales que hoy enfrentas y que te está impidiendo ser feliz, o te limita a creer en ti. A menudo, muchas personas se humillan pidiendo demasiado poco. Si bien la audacia no es natural, tampoco lo es la timidez. Esto no es sino un hábito adquirido, adoptado a partir de un deseo de evitar conflictos. Si la timidez te domina, ¡extírpala! Tus temores a las consecuencias de un acto audaz, no guardan proporción con la realidad, y de hecho las consecuencias de la timidez son mucho peores. Tu valor se reduce y creas un círculo de duda y desastre.

Recuerda: los problemas creados por un acto audaz pueden disimularse y hasta subsanarse mediante una audacia aún mayor. Titubear y lamentarte jamás serán compañías adecuadas para enfrentar tu vida, tu mundo, tu realidad, debes de creer que eres capaz de realizar y lograr lo más importante de tu vida: ser feliz y libre

 

Soy Angy Newman, recuerda, haz que las cosas sucedan, Tú tienes el control, Tú eres el  responsable. 

 

Nos vemos el próximo viernes, los abrazo. Gracias.

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