Cultura

Sufre impacto sector cultural

Especialistas en gestión, política y economía del sector coinciden en una falta de atención oportuna al empresariado del área por parte del Gobierno federal.
martes, 26 de mayo de 2020 · 00:00

AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

La pandemia de Covid-19 dejará tras de sí una estela de empresas culturales cerradas, artistas y gestores en situación precaria y propiciará una caída del PIB que alcanzaría el 1.4 por ciento, según alertan expertos en la materia.

A una semana de que comience la reapertura gradual de espacios en estados de la República con el semáforo de alerta en verde, especialistas en gestión, política y economía del sector coinciden en una falta de atención oportuna al empresariado del área por parte del Gobierno federal.

Para el economista Ernesto Piedras, autor de ¿Cuánto vale la cultura?, la aportación de la cultura al PIB, regularmente del 7 por ciento, decrecerá.

Pionero en la inclusión de la economías informal y sombra en la medición, el especialista realiza el cálculo tomando en cuenta que es necesario compensar las pérdidas con la migración de audiencias a las plataformas digitales durante la pandemia.

“Mi cálculo es que sería de 1.3 o 1.4 puntos porcentuales del PIB porque, como audiencias, hemos transferido la demanda por contenidos creativos de espacios públicos, colectivos, a espacios domésticos”, pondera.

Aunque las consecuencias en la economía nacional aún no pueden vislumbrarse por completo, la crisis por la pandemia, en todos los ámbitos, se suma a una crisis anterior, explica Piedras.

“México ya venía en recesión. Esto viene a ser una inmensa crisis, otra gran crisis, que se monta en la recesión a la que ya había inducido de diferentes formas la administración presidencial actual”, advierte.

Según el economista, uno de los fenómenos más perceptibles en las empresas culturales, como librerías y teatros, es la aceleración de los procesos de digitalización y la necesidad de establecer conectividad en línea.

“Esta crisis ha sido un empujón para la digitalización, para el desarrollo por la habilidad y el gusto de ver películas en línea, leer libros, escuchar conciertos”, detalla.

No obstante, alerta que en un país donde 1 de cada 3 mexicanos no es internauta, porque carece de los medios o el conocimiento para serlo, es necesario que el Estado garantice el acceso a internet para no agravar la brecha.

MERCADO DESPROTEGIDO
A decir de Piedras, el Gobierno sigue sin comprender lo que el sector cultural representa para el conjunto de la economía nacional.

“Seguimos viviendo en un esquema donde las autoridades económicas no están convencidas de la contribución de la cultura, y pareciera que las autoridades culturales son ignorantes de los requerimientos económicos de su sector”, lamenta.

Con esto coincide el gestor Eduardo Cruz Vázquez, fundador del Grupo de Reflexión en Economía y Cultura (Grecu), quien no ve en las acciones de las autoridades culturales un verdadero alivio para las empresas.

“Hasta ahora yo no he tenido conocimiento de una acción muy decidida para el ámbito del que también podemos llamar mercado”, expone.

Para Cruz Vázquez, autor del libro Sector cultural, Claves de acceso, aunque la Secretaría de Cultura (SC) ha hecho esfuerzos como el programa en línea y de apoyos “Contigo en la distancia”, no existe una política integral sólida para ayudar a las empresas del sector durante la pandemia.

“No representa formalmente una política económica emergente de atención a este grupo de establecimientos que permiten que existe el mercado cultural de México”, denuncia.

Según Cruz Vázquez, quien publica regularmente un análisis económico de la cultura en el portal Paso Libre, del Grecu, la actitud presidencial ante el empresariado da poca esperanza de un viraje de rumbo.

Asimismo, señala que, ante el abandono de la SC de los planes económicos para la cultura que fueron anunciados durante la campaña presidencial, es necesario que sean las propias empresas las que se unan para autorregularse.

“Veo que la única alternativa para que el mercado cultural pueda mantenerse a salvo es justamente una suerte de acuerdo entre todos los que participan de él para que en el consumo que va a haber (tras la pandemia) pueda distribuirse de la mejor manera”, recomienda.

Carlos Lara, fundador de Artículo 27, A. C. por los derechos culturales, las empresas no solo enfrentan la carencia de políticas, sino una falta de reconocimiento del resto del empresariado.

A través de su asociación, Lara envió al Consejo Coordinador Empresarial una propuesta para incluir a las industrias culturales dentro de las 68 recomendaciones del organismo para un acuerdo nacional de la reactivación económica del país.

Aunque este documento, rechazado de entrada por el presidente Andrés López Obrador, fue realizado a partir de 11 mesas temáticas y miles de participaciones, Lara señala la falta de inclusión de la cultura.

“Que no lo vea el empresariado mexicano es preocupante, porque entonces estamos emparedados entre un Gobierno insensible, que ha tomado medidas contrarias, y un empresariado que no ve la cultura como está en nuestra Constitución, como un sector estratégico”, detalla.

Lara, autor del libro El salario emocional de la cultura, también coincide en que las acciones gubernamentales no constituyen una política en forma para la industria del área.

“No hay visión clara de lo que esto supone, y lo que han hecho es salir al paso con programas como ‘Contigo en la distancia’, que digitaliza un poco la burocracia en vez de implementar una política digital”, denuncia.

Todo esto, lamenta, tiene como única consecuencia posible el cierre de numerosas empresas culturales y que sus gestores, por necesidad, viren a otra actividad.

“Creo que habrá un reacomodo en el que los agentes se van a dedicar a otras cosas”, explica. “Lamentablemente, ya hay gente que está dejando su oficio”.

El golpe para las empresas culturales del país, cuyas consecuencias finales aún no se conocen, ya se deja sentir.

 

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