Meta Deportiva

La casa de los Dodgers

No fue un inicio muy prometedor y favorable para el estadio de los Angeles, pero con el tiempo, llegó a ser uno de los mejores recintos para la práctica del beisbol
sábado, 14 de noviembre de 2020 · 00:59

Héctor Barrios Fernández/COLABORACIÓN
Ensenada, B. C.


Localizado en un terreno montañoso con poco más de 67 hectáreas, desde donde se observa la zona centro de la ciudad de Los Ángeles, California. Desde 1962 el estadio de los Dodgers se convirtió en su casa hasta el día de hoy, pero no sin antes enfrentarse un sin número de problemas.

En 1959, contribuyentes enojados lanzaron una demanda judicial que llegó hasta la Suprema Corte de los Estados Unidos, reclamando que el dueño de los Dodgers había sido favorecido por el gobierno de la ciudad.

Además Walter O’Malley tuvo que enfrentarse a los derechos de los ocupantes de los terrenos.

Por años Chavez Ravine había sido casa de liebres, roedores, comadrejas, tlacuaches y paracaidistas o invasores de terrenos.

Entre otros, la familia de Manuel Aréchiga levantó la voz, ganando considerable apoyo y simpatía a lo largo del país, en su lucha por permanecer en esos terrenos.

El 8 de mayo de 1959, miembros de la familia se enfrentaron a la policía que trataba de desalojarlos del lugar.

Pero cuando una investigación demostró que el señor Aréchiga era dueño de 11 propiedades en la ciudad de Los Angeles, el apoyo a su causa rápidamente desapareció y los últimos ocupantes de los terrenos se marcharon silenciosamente.

No fue un inicio muy prometedor y favorable para lo que con el tiempo llegó a ser el mejor o uno de los mejores estadios para la práctica del beisbol.

ABRIERON PUERTAS
Después de que los Dodgers evacuaron su querido “Ebbets Field” en Brooklyn y se fueron al Oeste en 1957, encontraron casa temporal, hasta 1961, en el Coliseo de Los Ángeles que fue construido en 1932 para los Juegos Olímpicos y luego convertido para juegos de futbol americano.

Por fin, el 10 de abril de 1962, el estadio de los Dodgers abrió oficialmente sus puertas.

Aunque faltaban algunos detalles por resolver, por ejemplo, los locales para la venta de refrescos no habían sido instalados del todo y faltaban también los postes amarillos que indican que una pelota bateada está en territorio bueno o no.

Para colmo de males Wally Post, que ese día jugó el jardín izquierdo por los Rojos, en la séptima entrada le prendió una pelota al lanzador derrotado Johnny Podres y mandó la esférica atrás de la barda del jardín central del estadio de los Dodgers, empujando tres carreras y contribuyendo a una victoria de 6-3 de los visitantes de Cincinnati.

Todo esto ante una asistencia de 52 mil 564 aficionados, el juego tuvo una duración de 2 horas con 47 minutos.

Ese año de 1962, los Dodgers tuvieron una asistencia de 2 millones 755 mil 184 aficionados para imponer récord en las Grandes Ligas.

Por cierto que 20 años después, establecieron uno nuevo con una asistencia de 3 millones 608 mil 881.

Marca que ya ha sido superada varias veces.
Desde la terminación del estadio de los Yankees en 1923, el de los Dodgers fue el primer estadio financiado con dinero privado.

Fue diseñado por el arquitecto Emil Prager para que en un futuro contara con 85 mil asientos, cosa que hasta hoy no ha sucedido, fue construido especialmente para beisbol.

Conocido como el “Taj Mahal” y en ocasiones como el “Taj O’Malley” del beisbol, cuenta con varios niveles, cuatro pizarras electrónicas, incluyendo dos de tamaño gigante por los jardines izquierdo-central y central-derecho.

Su terreno de juego sigue siendo uno de los que tienen mejor atractivo visual en todo el beisbol.

El área de tierra en el campo, consiste en polvo de ladrillo rojo y arcilla, ofreciendo un hermoso contraste con el pasto natural.

La vista de las montañas atrás de las bardas de los jardines, ofrece un paisaje hermoso.

Fue escenario del juego de estrellas de 1980, por cierto que en la práctica de bateo de ese juego, recuerdo haber visto el batazo más largo conectado por cualquier jugador, correspondió a Dave Kingman y la pelota voló por encima de las palmeras que aún se encuentran por el jardín izquierdo.

Aunque no vio acción en ese juego, como parte de la Liga Nacional estaba el mexicano, Jorge Orta.

GRANDES DEMOSTRACIONES
El estadio de los Dodgers también ha sido escenario de las Series Mundiales de 1963, 1965, 1966, 1974, 1977, 1978, 1981, 1988, 2017, 2018 y 2020.

También ha sido testigo de grandes demostraciones de lanzadores como el juego perfecto de Sandy Koufax en 1965 contra los Cachorros de Chicago, el 4 de junio de 1968 fue la sexta blanqueada en forma consecutiva de Don Drysdale, por supuesto todo ese fenómeno que envolvió a la fernandomanía y muchas más.

Uno de los momentos más grandiosos que ha vivido el estadio de los Dodgers, fue el cuadrangular de Frank Howard, el 6 de octubre de 1963 en juego de Serie Mundial, eso fue para derrotar a sus viejos rivales los Yankees de New York y fue en el quinto inning del cuarto juego contra el lanzador estrella de los Yankees Whitey Ford, el batazo fue sobre la barda del jardín izquierdo. Los Dodgers ganaron la serie 4 juegos por 0.

Sin por el momento declararme dodgersista, para mi gusto, el estadio de los Dodgers sigue siendo el más bello para jugar beisbol y por estar ubicado a la falda de un cerro, el más sólidamente construido.

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