Meta Deportiva
Cantinflismos y Yogismos en beisbol I
Las anécdotas del beisbol son memorables y jamás olvidadas, pero cuando éstas incluyen frases célebres, la memoria las añora másHéctor Barrios Fernández/COLABORACIÓN
Ensenada, B. C.
A Mario Moreno “Cantinflas” se le veía con frecuencia en juegos de los “Tigres”, de la capital de México con su compadre Alejo Peralta dueño del equipo.
Desde su palco en el estadio del Seguro Social, Peralta ordenaba a Chito García, manager del Tigres, la jugada que debería hacerse, sin más Chito obedecía, si ésta resultaba, Alejo le decía a Cantinflas: “vio compadre, que buen manager soy”, pero si fallaba, sólo movía la cabeza negativamente y comentaba, “oiga compadre a ese Chito no se le quita lo… tarugo”.
Felipe Alou, una vez manager de los Gigantes de San Francisco dijo que a Barry Bonds debían lanzarle bajito y en curva hacia afuera y enseguida el lanzador tenía que salir corriendo para protegerse atrás de la segunda base.
FRASES DISPARATADAS
Lawrence Peter Berra mejor conocido como “Yogi”, ya que se sentaba con las piernas cruzadas como los practicantes de yoga, 18 años con Yankees, uno con Mets, además miembro del Salón de la Fama, es el Rey de las frases disparatadas.
Por citar solamente algunas: “Esto no se acaba hasta que se acaba. Hasta Napoleón tuvo su Watergate. La mitad de las mentiras que dicen de mí, son verdad”.
Cuando le preguntaron en los entrenamientos de primavera acerca del tamaño de su gorra, dijo: “No sé, todavía no estoy en forma”.
En referencia a una película de Steve McQueen: “seguramente la hizo antes de morir”.
La esposa del alcalde de Nueva York le dijo en una ocasión que se veía fresco, a pesar del calor reinante, a lo que “Yogi” contestó: “Tampoco usted parece muy caliente”. “Nunca contesté un carta anónima”. “Realmente no dije lo que dije”. Cuando le preguntaron la hora, respondió: “¿en este momento?” “Hicimos demasiados errores equivocados”, “El futuro ya no es lo que era”, “Aquí se hace tarde temprano”.
Cuando le preguntaron qué haría si se encontrara un millón de dólares: “Buscaría al tipo que lo perdió y si es pobre, se lo devolvería”, “Sabía que iba a tomar el tren equivocado, así que salí temprano”.
Le preguntaron cómo quería su pizza y respondió: “Córtala en cuatro pedazos, porque no tengo tanta hambre como para comerme seis”, “El beisbol es noventa por ciento mental, la otra mitad es física”, “Fue imposible iniciar una conversación; todo mundo hablaba demasiado”, “¿Una mala racha? no estoy en una mala racha, simplemente no estoy bateando”, “Ya nadie va a ese sitio; está demasiado lleno”.
Una vez su esposa Carmen le preguntó: “Yogi, eres de San Luis, vivimos en Nueva Jersey, y jugaste en Nueva York, si mueres primero: ¿Dónde quieres que te entierre?”, Yogi respondió: “Sorpréndeme”.
“Si das el cien por ciento en la primera mitad del juego y no es suficiente, en la segunda darás lo que te queda”. “Siempre pensé que ese récord se mantendría hasta que lo rompieran”, “Los otros equipos pueden causarnos problemas si nos ganan”.
Siendo mánager de los Yankees, éstos adquirieron al veloz Ricky Henderson y dijo: “Puede correr cuando quiera, le he dado luz roja”. “Hay que asistir al funeral de los amigos; de lo contrario, ellos no irán al tuyo”, “Tengo un dolor de cabeza en todo el cuerpo”, “No hay cosa que duela más que un dolor”.
OTRAS FRASES APORTADAS
Satchel Paige: “Mi filosofía de pitcheo es simple: mantener la bola alejada del bate”. “¿Que cuántos lanzamientos tengo? La recta, la curva, el slider y la radio pitch. ¿Y ésa cómo es? le preguntaron a Satchel, ¡ah! ésa no se ve, sólo se oye”.
Lefty Gómez: “Cuando Neil Armstrong puso los pies en la luna, se encontró allá con seis pelotas de jonrones que me conectó Jimmy Foxx”.
Willie Mays: “Desde mi llegada a Grandes Ligas, siempre que veo mi cuenta bancaria, ahí está la imagen de Jackie Robinson”.
Anónimo: “Es más emocionante ver un triple de Obed Plascencia, que un cuadrangular de Héctor Espino”.
Vicente Romo de Obregón les dijo a sus compañeros el 20 de enero de 1973: “Voy a vencer a los Naranjeros y tendrán una quincena extra”.
Triunfó 7-1 y evitaron quedar eliminados.
Comenta el “Huevo” que en los sesentas los lanzadores del Tigres eran Pepe Peña, Arturo Cacheux, José Leyva, él mismo y otros, a todos ellos la recta les llegaba cuando menos a 90 millas por hora, pero había uno que admitía que la recta la lanzaba sólo a 80 millas y agregó, “¡pero recio!”.
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