Cantinflismos y Yogismos II

Héctor Barrios Fernández/COLABORACIÓN
Ensenada, B. C.

En casi 200 años de beisbol, en ocasiones sentimos que ya lo vimos todo, pero como bien dicen, ningún juego es igual a otro, con frecuencia aparece en el ámbito cada personaje que dice o hace cosas poco comunes.

Charlie Finley por ejemplo, animando a sus jugadores a dejarse crecer el cabello, la barba, el bigote y poniendo de moda los uniformes coloridos que marcaron época con sus Atléticos de Oakland.

Propuso que se jugara con pelotas de colores y por fortuna no le hicieron caso. Bill Veeck uniformando a sus Medias Blancas con shorts en épocas de los mexicanos Jorge Orta y Francisco Barrios con ese equipo.

También aquel periodista y cronista de radio, Don Jesús Corral Ruiz, que a decir del Maestro Alfonso Araujo, narraba los juegos muy poéticamente, “las palomas vienen, las palomas van, el pitcher lanza, ¡strike one!”

FRASES SIGNIFICATIVAS
El “Pájaro” Mark Fidrych y el “Húngaro loco” Al Hrabosky, haciendo sus rituales antes de cada lanzamiento.

Muchos dejando frases para siempre.
Toby Harrah: “Las estadísticas de beisbol son como las muchachas en bikini, enseñan mucho, pero no todo”.

Lou Gehrig: “El día de hoy, estoy seguro de que en las graderías hay un niño que me está viendo jugar por primera vez y él merece mi mejor esfuerzo”.

Tom LaSorda: “Manejar un equipo es como sostener a un pato en el puño. Si aprietas mucho lo matas; si aflojas escapará volando”.

Craig Nettles: “Cuando era niño quería ser beisbolista y participar en el circo. Como miembro de los Yankees he logrado ambas cosas al mismo tiempo”.

Tug McGraw: Cuando le preguntaron qué haría con el dinero de su sueldo con los Filis: “El 90 por ciento lo gastaré en diversiones, mujeres y whisky. El otro 10 por ciento posiblemente lo derrocharé”.

Ernie Banks: “Me gusta que mis jugadores estén casados y endeudados. Esa es la mejor manera de motivarlos”.

Babe Ruth: “Decidí escoger al mejor bateador para observarlo y estudiarlo, Joe ‘El Descalzo’ Jackson era suficientemente bueno para mí”.

Bill Veeck: “El beisbol es casi la única cosa ordenada en un mundo muy desordenado. Si tienes tres strikes, ni siquiera el mejor abogado puede sacarte de este lío”.

George F. Will: “Si el beisbol es sólo un juego, entonces el Gran Cañón del Colorado es sólo un hueco en medio de Arizona”.

Al Gallagher: “Hay tres cosas en la vida que verdaderamente amo: Dios, mi familia y el beisbol. El único problema es que una vez que comienza la temporada, cambio el orden un poco”.

Ken Harrelson: “El beisbol es el único deporte que conozco donde estando uno a la ofensiva, el equipo a la defensiva controla la pelota”.

Reggie Jackson al saludar a Tom Seaver le dijo: “Los ciegos vienen al parque sólo para escucharte lanzar”.

Leo Durocher: “El beisbol es como ir a misa, muchos asisten y pocos entienden”.

Francisco “Paquín” Estrada, cuando un reportero le preguntó a qué se debía la buena racha de los Tomateros contestó. “Lo que pasa es que estamos anotando más carreras que los contrarios”.

“Prueba de todo lo anterior es que cuando finalmente bateé el jonrón 400, me sentí como nuevo. Hasta recuperé mi nombre y volví a ser Nelson Barrera. Antes ya no sabía ni cómo me llamaba”.

Sonaba muy insistente el run-run de que los ampayers escuchaban los juegos en los que trabajaban, que usaban pequeños radios de transistores con audífono. Pancho “Zurdo” Alcaraz que antes fuera tremendo pitcher amateur, ampayaba por segunda base y en una jugada riñonuda marca seif, así lo narró el Maestro Araujo en Ciudad Obregón, quien agrega- “por cierto un cordial saludo al ampayer de segunda Francisco Alcaraz”- acto seguido Alcaraz, dirige su mirada hacia la cabina de radio y levanta la mano en señal de respuesta al saludo, ¡se descubrió solo!

ERRORES EXITOSOS
Por los rumbos de Sonora es muy común escuchar: “Como dijo Espino…difinitivamente”.

Resulta que contrataron a Héctor para un comercial de televisión anunciando un famoso café, lo único que tenía que decir el “Superman” era: “¡Definitivamente, el mejor café!” pero llegado su turno dijo: “¡Difinitivamente, el mejor café!” el director saltó: -¡no Héctor, así no!- fíjate –deeefinitivamente- como Espino seguía con su ¡diiifinitivamente! lo repitieron una y otra vez, hasta que Héctor enfadado dijo que le hicieran como quisieran, pero que él ya no lo intentaría más, cuentan que el comercial así salió al aire, convirtiéndose en un exitazo…hasta cometiendo errores era grande Héctor, aunque le pagaban por pegar home runs.

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