Meta Deportiva

Luis “El Viejito” García

Recorrió todo el país defendiendo los colores de Baja California, su indiscutible calidad fue la causa de que llamara la atención de organizaciones de la Liga Mexicana y también de Grandes Ligas
martes, 16 de junio de 2020 · 00:00

Héctor Barrios Fernández/COLABORACIÓN
Ensenada, B. C.


En la segunda parte de la década de los sesentas escuchaba por radio las narraciones desde el Campo Deportivo “Antonio Palacios,” en las voces del Profesor Alfredo Marín Méndez, Rogelio Escobar Zaragoza o Rolando Cárdenas Sanmartín.

Se mencionaban nombres como: Enrique Echave, Ernesto Salgado, Raymundo “Huevito” Montoya, Ricardo Montoya, Roberto Arce, Luis Moctezuma, César Peralta, Víctor  Verdugo, Armando Domínguez y muchos más de la Gloriosa Ensenada Municipal.

De los de foráneos: “Tury” Navarro y “Marro” Cota de Mexicali.

Macario Rayle, “Tino” Partida, “La Colorada” Sánchez, “El Güero” García, “Baby” Ruiz, “Picahielo” Nieves, “Magnate” Díaz, “Yago” Beltrán, de Tijuana.

No recuerdo de qué ligas, pero eran infaltables en los torneos estatales.

Hubo uno que siempre me llamó la atención, quizás el apodo, su garra, no lo sé, lo más probable es que fue la calidad de su juego, de su entrega.

RECORRIÓ EL PAÍS

Su nombre, Luis “el Viejito” García.
Nacido en Amatlán de Cañas, Nayarit, el 21 de junio de 1938.

En compañía de su familia llegó a Tijuana en sus primeros años de vida, por tal razón en esa ciudad siempre se le ha considerado hijo adoptivo.

Con más de cincuenta años ligado al beisbol como jugador activo, paseó su grandeza como jugador en diamantes de países como Venezuela, Brasil, Colombia, Puerto Rico, Costa Rica, Estados Unidos, Canadá y Jamaica, representando a México en torneos Centroamericanos, Panamericanos y Mundiales.

Ni que decir que recorrió todo el país defendiendo los colores de Baja California, nombre que recibe nuestro bello estado y no “Baja” como errónea y mañosamente se le nombra algunas veces, sobre todo en justas deportivas.

Por muchos años fue un “infaltable” en los torneos estatales como integrante de Tijuana Amateur.

Su indiscutible calidad fue la causa de que llamara la atención de organizaciones de la Liga Mexicana, también de Grandes Ligas como, Gigantes, Cachorros y Dodgers.

INNING DEL AMOR
Calidad, coraje, valor, entrega, disciplina, inteligencia, las tenía. El “pero” que le pusieron fue su baja estatura y peso corporal, que nada tenían que ver con la calidad de su juego, pero eran los estándares que se pedían en ese entonces y nada se podía hacer.

El beisbol aficionado de México, de Baja California y en especial de Tijuana salió ganando porque así, se mantuvo entre nosotros.

El 21 de agosto de 1966 en el campo Ángel Camarena, en aquel entonces en la Zona Río, contrajo nupcias con la Señorita Rosa María Hernández.

Era el séptimo inning y el umpire principal gritó “¡tiempo!”, los jugadores se colocaron en dos filas formando un arco con sus bats y por ahí se paseó la enamorada pareja.

Quizá se escogió ese inning por ser “el de la suerte” en el beisbol y vaya que sí, ya que procrearon tres hijos, Ana Luisa, Luis y Candy García Hernández.

Juan Manuel Martínez, destacado cronista deportivo en Tijuana, comenta que él narró por radio ese encuentro y en son de broma le regaló un frasco de vitaminas al “Viejito” por lo que se ofreciera.

En 1974 como reconocimiento a su brillante trayectoria, se toma la atinada determinación de bautizar con su nombre uno de los campos de La Mesa de Otay.

Su hermana Norberta lo bautizó con el apodo de “Viejito”.

SE VUELVE “INMORTAL”
Fue por el gusto de consumir caldo de res y como el hueso no puede faltar en este rico alimento, después de chuparlo sabrosamente, se lo guardaba en la bolsa del pantalón. Cuando su hermana lo descubría le decía: ¿otra vez con ese “viejo” hueso en la bolsa?

Con gran acierto, en 1993 se convierte en inmortal, al ser entronizado al Salón de la Fama del Deporte de Tijuana.

Los que lo vieron lanzar coinciden en que no era el pitcher intimidador de gran velocidad, el rasurador, el tumba cabezas, muy lejos de parecerse a Nolan Ryan o Randy Johnson, más bien era calculador, sereno, calmado, “donde ponía el ojo, ponía la bala”.

Poseedor de un gran control e inteligencia, estilo Mariano Rivera o Greg Maddux.

Los mexicanos aficionados al beisbol y sobre todo los sonorenses y los de Empalme, se sienten orgullosos cuando recuerdan y comentan que Francisco “Zurdo” Alcaraz le ganó al poderoso equipo cubano y tienen razón de sentirse así, tener la valentía de enfrentarse a los cubanos y además vencerlos se convierte en gran hazaña.

Aún en 1969 participó en el torneo nacional de San Luis Río Colorado.

El campeonato nacional de beisbol de primera fuerza de 1990 celebrado en Tecate, llevó el nombre de Luis “El Viejito” García.

Así siguió la carrera de nuestro personaje entre torneos locales, estatales, nacionales e internacionales. Desde categorías infantiles, juveniles, mayores, veteranos y súper veteranos, más de 50 años dentro del deporte.

Claudio Soto Parra (QEPD) quien residió en El Carrizo, Sinaloa, lanzador zurdo, “novato del año” en la temporada 1959-60, de la Liga de Sonora, hoy Liga Mexicana del Pacífico, jugando para los “Rieleros” de Empalme, recordaba con mucho afecto a dos de sus compañeros en la Selección Mexicana de Beisbol que representara a nuestro país en torneos internacionales, uno es Federico “Lico” Arce y otro Luis “El Viejito” García.

El 14 de junio del 2005, Dios, Nuestro Señor, en uno de sus tantos “drafts” que hace, decidió que quería para su celestial equipo a ese “Viejito” con el número 33 en su uniforme y se lo llevó para reforzar su escuadra.

Pero nos dejó su historia, su ejemplo y su recuerdo que llevaremos con nosotros mientras se viva.

Recordemos con orgullo a Luis “El Viejito” García, gloria del beisbol nacional.

Espero sus amables comentarios en: 

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