Meta Deportiva

Añoranzas del beisbol II

Para el año de 1915 y alrededores, los cuadrangulares eran muy escasos, así que los jugadores tenían que utilizar sus piernas para generar carreras
sábado, 11 de diciembre de 2021 · 04:04

Héctor Barrios Fernández/COLABORACIÓN
Ensenada, B. C.


La noche del batazo Kirk Gibson, estaba aquejado con una lesión en el tendón de la corva izquierda y otra en la rodilla derecha que se habían agravado cuando se barrió en segunda base en juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, cinco días antes.

Lo tenían fuera de acción para el Clásico del Otoño.

Esa noche para el primer juego de la Serie Mundial contra los Atléticos de Oakland, ni siquiera se había uniformado.

La historia de lo que sucedió, parece salida de una novela.

Ganador de 20 juegos en tres ocasiones y en nueve ganados de 15 juegos o más, Jack Morris terminó su carrera con 254 triunfos y 186 derrotas con 3.90 de efectividad.

Apodado “El Gato”, Morris es más recordado por su paso por los Mellizos de Minnesota en la campaña de 1991, cuando dejó registro de 18-12 en 35 aperturas.

Minnesota, que terminó en el último lugar en el Oeste de la Americana en 1990, llegó a la Serie Mundial donde rivalizó con los Bravos de Atlanta.

En el séptimo y decisivo encuentro, Morris enfrentó a John Smoltz, ambos se tranzaron en un duelo de pitcheo, en el que no concedieron libertades.

El encuentro se decidió en la décima entrada, con hit del emergente Gene Larkin que permitió que Don Gladden anotara la carrera del gane.

Smoltz lanzó 7 1/3 entradas permitiendo seis hits, un boleto y cuatro abanicados.

Por su parte Morris lanzó diez episodios aceptando siete hits con dos boletos y ocho abanicados.

Ganó dos juegos en esa Serie Mundial y otros dos más en la serie de campeonato.

La Serie Mundial de 1975 fue entre los Rojos de Cincinnati dirigidos por Sparky Anderson y los de la “maldición del Bambino” Medias Rojas de Boston que eran mis favoritos.

Una serie emocionante de principio a fin, ya que se decidió en la última entrada del séptimo juego cuando Joe Morgan conectó el hit que produjo la carrera del gane.

En la serie los de Boston anotaron 30 carreras por 29 de los Rojos, sin embargo la serie fue de Cincinnati, una de las más emotivas que me ha tocado ver.

Alonzo Odem “Lou” Dials estuvo cerca de romper la barrera de color en el beisbol organizado con los Angels de Los Angeles en la Liga de la Costa del Pacífico, sucursal de los Cachorros de Chicago, Phil Wrigley dueño del equipo le dijo: “Los dueños de los otros equipos me crucificarían si te dejo jugar”.

EJEMPLOS DE CORAJE DEPORTIVO
Maximino León con Naranjeros, subió al montículo en una final en Culiacán con fiebre de 40 grados, lanzando siete entradas, y ganando el juego.

Randy Johnson con los Dbacks, pidió la bola para lanzar en relevo la novena entrada del séptimo juego de la Serie Mundial del 2001, para ganarlo contra los Yanquis.

Había lanzado siete entradas, como abridor el día anterior.

Curt Schilling lanzando con Boston, con una cortada en el tobillo en el segundo juego de la Serie Mundial del 2004.

Para el año de 1915 y alrededores, los cuadrangulares eran muy escasos, así que los jugadores tenían que utilizar sus piernas para generar carreras.

El robo de home fue una estrategia común que con el tiempo disminuiría casi hasta desaparecer.

Ty Cobb fue un maestro de los robos de base y con 96 impuso récord en 1915, ese año se robó el home dos veces en el mismo juego.

Recuerdo haber visto lanzar en varias ocasiones a J.R. Richards.

Previo al juego de estrellas de 1980 en Los Angeles lo vi caminar junto a Dave Winfiel, ambos se dirigían desde el jardín central rumbo a su dugout.

De más de dos metros de estatura, dos ejemplares que representaban a la elegancia.

Durante el desarrollo de la temporada de 1980, J.R. de los Astros de Houston tenía récord de 10 ganados, 4 derrotas y 107-71 en el décimo año de su carrera en MLB.

Un intimidante lanzador que ponchaba a los mejores bateadores con su poderosa bola rápida.

Richards sufría de fatiga pero los doctores no identificaban el origen del problema.

Aún así, haciendo gala de “coraje deportivo” y profesionalismo, siguió lanzando.

Sufrió un ataque durante un juego, cayendo al terreno y su carrera finalizó ese día.

Fue un triste capítulo en la historia de los Astros de Houston.

El 5 de septiembre de 1938 se enfrentaron Martín Dihigo por el Águila de Veracruz y Satchel Paige por el Agrario de la capital mexicana.

Por seis innings mantuvieron duelo de 0-0.
En la séptima el Águila se fue arriba 1-0, Satchel salió por un bateador emergente y el Agrario empató el juego.

Ramon Bragaña entró al relevo y en el noveno Martín Dihigo le conectó cuadrangular de dos carreras para ganar.

Al final de la temporada el Águila fue campeón por segunda vez consecutiva.

NACIMIENTO DE NOMBRES
Louis Sockalexis fue un indígena de los Penobscot.

Llegó a ser una estrella deportiva en el colegio en Holy Cross y en Notre Dame.

Fue expulsado en 1897 después de emborracharse y destrozar un prostíbulo.

Patsy Tebeau, manejador de las “Arañas” de Cleveland, de la Liga Nacional, lo rescató y le puso un uniforme de béisbol.

Comenzó bien y John McGraw le dijo que era el talento más grandioso que había visto.

La bebida fue su perdición.
Fue marginado después de una lesión en su tobillo cuando saltó desde un segundo piso en otro burdel.

Louis jugó dos temporadas más, bateó para .313 antes que el alcohol lo echara de Ligas Mayores, murió a los 42 años en 1913.

Vivió una vez más en la Reservación de Penobscot, enseñando a los nativos a jugar beisbol.

Un recorte amarillento donde hablaba de él, fue encontrado en su camisa.

Dos años más tarde, los aficionados votarían para renombrar a su equipo con el nombre de Indios en su honor.

Ahora les cambian de nombre con la excusa de que ofenden a los nativos americanos, a partir del 2022 se llamarón Guardianes de Cleveland.

A los Bravos de Atlanta también los traen entre ojos.

Qué pasará en el futuro con los Mayos, Yaquis, ¿el Clero elevará una protesta por lo de Padres?

Los Bravos se llaman así por su bravura para jugar y data desde Boston.

En 1914 iniciaron con récord de 26-40, se repusieron y terminaron ganando la Serie Mundial, entonces se dijo que jugaban como bravos y así se les quedó. Antes se llamaron Red Stockings, Beaneaters, Doves, Rustlers, Bravos, Bees y de nuevo Bravos, hasta hoy.

De los Rojos se dijo que jugaban como Diablos y ya ve lo que pasó, sólo me falta que los diablos se ofendan y vuelvan a quedar en Rojos.

Espero sus amables comentarios en: info@beisboldelosbarrios.com 

FRASE
“Cualquier tipo que pueda mantener una actitud positiva aun cuando no quede mucho tiempo de juego, ciertamente se gana mi respeto”

Earving “Magic” Johnson

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