Legado de éxitos en la Halterofilia

Redacción/EL VIGÍA
Ciudad de México

La halterofilia es un deporte para gente con privilegio físico, espiritual e intelectual. Así lo definía Antonio Sánchez Suárez (q. e. p. d.), entrenador y una leyenda de esta disciplina deportiva en la Universidad Nacional, forjador de los primeros grandes logros auriazules en esta práctica a nivel nacional e internacional, y cuyo legado aún trasciende en las nacientes promesas del levantamiento de pesas en la UNAM.

La filosofía de Antonio Sánchez se basaba en inculcar a sus alumnos el deseo de ser los mejores del mundo, según cuentan quienes aún preservan esa forma de pensar en la halterofilia felina: la entrenadora María de Jesús Ortega León, quien fuera su discípula, y el presidente de la Asociación y entrenador en jefe, Moisés Flores Alonso, en su momento compañero de equipo de Sánchez Suárez.

“Hacía hincapié en vivir intensamente cada momento. Vivir el presente sin perder el tiempo, pues éste se escapa sin darnos cuenta. Solamente pensábamos en la halterofilia, en alimentarnos bien, en descansar y en estudiar. Eso mismo es lo que hoy por hoy trato de compartir con mis alumnos”, asevera María de Jesús Ortega, quien también es egresada de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, y en su momento fue subcampeona panamericana (2003), campeona centroamericana (2004), campeona nacional de Universiada y Olimpiada (2001-2007) y poseedora de varios récords nacionales.

ROMPIÓ RÉCORDS
Además de ser un referente en el dominio de la haltera, como atleta Antonio Sánchez Suárez fue campeón nacional y seleccionado mexicano por cerca de 10 años. Rompió 10 veces el récord nacional en arranque y envión dentro de la división de 110 kilos y representó a México en Juegos Panamericanos y en Centroamericanos.

Ya como egresado de la licenciatura en comunicación y periodismo de la entonces ENEP Aragón, hizo 15 años como entrenador, en los cuales acumuló más de 40 medallas en distintas competencias a través de sus pupilos. Ganó el Premio Puma 2008 y encabezó la halterofilia universitaria desde 1998 hasta su fallecimiento en 2013. Todo esto codo a codo con su hermano Rogelio Sánchez Suárez, quien lo apoyaba en la detección y formación de talentos, y falleció en 2007.