Medalla oro para Arnulfo Castorena

Agencia Reforma
Guadalajara, Jalisco

Arnulfo Castorena escribió otro capítulo de éxito en su vida.

El jalisciense conquistó ayer la presea de oro de los 50 metros pecho SB2 en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, colaborando para que México presuma más de 300 medallas en la historia de la justa veraniega.

Arnulfo está acostumbrado a dar pelea, prácticamente desde que nació. Ese día, su madre falleció en el parto, mientras su padre lo abandonó por su malformación congénita. Sin un brazo y con las dos piernas sin desarrollar, empezó su lucha.

“Estoy feliz, feliz, feliz. No tengo palabras, estoy muy contento y a seguir disfrutando esto. En México tenemos por tradición seguir la lucha libre y yo tengo mucha familia que sigue ese deporte, y uno de ellos soy yo y soy rudo”, dijo Castorena con una máscara en el rostro, luego de proclamarse campeón paralímpico.

“Desde que nací le batallé, la pérdida de no tener a mi madre, el rechazo de mi papá, todo el esfuerzo que hice para salir adelante y el esfuerzo que hice para demostrarle a mi familia que todo se podía a pesar de tantas adversidades que me pasaban en la vida, gracias a Dios las superé”, agregó.

VIVIR ENTRE FUEGO
Su abuela se hizo cargo de él hasta los 12 años cuando falleció. De ahí, Castorena se fue a vivir con una tía, aunque nuevamente la muerte le cambió la suerte.

Arnulfo regresó a vivir con sus hermanos y primos, algunos de ellos con problemas con las drogas. Llegó a pedir dinero en las calles y lavar coches para alimentarse.

“Siempre viví entre fuego y no me quemé, veía cómo mi familia se drogaba y decía ‘si ellos lo hacen por qué yo no, quiero saber qué se siente, quiero olvidar todo’, pero gracias a Dios no se me dio eso y siempre luché para salir adelante”, confesó.

En la Final de los 50 metros pecho SB2, Castorena cronometró 59”25 para colgarse su sexta medalla paralímpica. Ganó oro en Sydney 2000; oro, plata y bronce en Atenas 2004, y plata en Londres 2012. También participó en Beijing 2008 y Río 2016.

“Pasaron 8 años para pisar el podio, es muy difícil que una persona con una discapacidad tenga un buen trabajo, no lo tengo y esto es como un trabajo para mí y es como puedo sacar adelante a mi familia, pero vamos a seguir echándole ganas para lo que viene y si se pudo en esta ocasión, se puede ahora en París (2024)”, destacó.