COLUMNA: CORRIENDO SIN PRISA

La oportunidad
Desde que tenemos uso de razón siempre añoramos encontrar la oportunidad de nuestra vida, la oportunidad de estudiar bien, de vestir, trabajar, amor. En el deporte no cambia mucho la cosa, siempre buscamos la oportunidad de sobresalir en la competencia, de entrar en los tres mejores lugares y la oportunidad de clasificar a una etapa superior.

Se dice que durante nuestro pasar por la vida cotidiana hemos tenido muchas oportunidades de algo y que no las aprovechamos. A veces las reconocemos, pero cuando no las aprovechamos nos excusamos con el argumento de “no la vi, no tengo tiempo, no estaba preparado para ella” o simplemente diciendo que no es para nosotros, predeterminando una derrota antes de intentarlo.

En nuestra vida diaria vivimos, sufrimos, derrochamos e incluso mal aprovechamos el tiempo y siempre seguimos pidiendo o buscando una oportunidad más. Nuestras decisiones ante las circunstancias que la vida nos pone, son resultado a nuestro histórico aprendizaje adquirido en nuestro vivir y sumando a ello nuestro núcleo familiar, social, cultural, académico, religioso y ejemplos de vida de terceros. Cuando pasan los años, llega el momento de que la vida comienza a cobrar factura y es donde nos damos cuenta que no quisimos cuando pudimos y ahora que se quiere ya no se puede, empezando la discusión de nuestro ser interno “Si hubiera tenido la oportunidad”.



¿LA OPORTUNIDAD ES ÚNICA Y EXISTE?
Existen millones en el mundo pero no nos damos cuenta porque tenemos una mala percepción de lo que es la oportunidad. Olvidamos por completo aquella clase de física, donde nos mostraron que los seres somos materia viva que atraemos partícula y radiaciones de energía y que a su vez las partículas atraen a otras partículas, repitiendo el proceso. Nosotros no emanamos, sino que atraemos.

“Las oportunidades llegan solas, las oportunidades hay que buscarlas, las oportunidades son una sola vez en la vida”, frases como esas hacen que muchas personas sigan esperando el momento de que llegue tocando la puerta y diga: “hola, soy la oportunidad que esperabas”. Aun cuando la vida misma te manda un sin número de mensajes, que en ocasiones solo se tiene que poner atención para interpretarlos.

Cuando tenemos un “código negro” en nuestro entorno familiar o cercano a él, es cuando nos damos cuenta de que la oportunidad existe y es única. Solo basta con levantarte de tu cama, mirarte en el espejo y ahí la respuesta: “Tu eres esa oportunidad que buscas”, solo basta confiar en ti mismo y en lo que eres capaz de realizar. Eres la oportunidad que solamente necesita tomar la decisión de lograr el sueño anhelado.

Eres la oportunidad del amor que buscas, pero tienes que ser honesto siendo como eres, tu eres la oportunidad millonaria que esperabas, solo necesitas animarte y arriesgarte sin miedo al éxito, dando tiempo para lograrlo. Cuantas historias no hemos sabido de personajes locales, nacionales y extranjeros que vivían en silencio y desconocimiento social, luchando día tras día para sobresalir y que hoy son grandes personalidades y empresarios.

La oportunidad somos uno mismo, solo necesitamos visualizar las cosas de un modo diferente, tener paciencia, sabiduría, disciplina, determinación, no tener miedo de arriesgarse y sobretodo el factor más importante: “creer en ti y en que obtendrás lo que buscas”.

El mundo solo espera a que te atrevas a dar el primer paso, lo único que tienes que hacer es convencerte de que tú eres la oportunidad de tu vida.