COLUMNA CORRIENDO SIN PRISA

Aún recuerdo

POR: Jesús Muschacho Peralta
viernes, 4 de noviembre de 2022 · 00:00

No se necesita un día específico para recordar a quienes te dieron la vida, te dieron educación y sobre todo, bien o mal, te enseñaron algo para enfrentar el día a día. Recuerdo las palabras de mis padres: “aprende lo bueno y lo malo; al final tu decides tu camino sin culpar a nadie de tu elección”. Hoy estarían orgullosos de mi hacer y me darían ese abrazo fuerte que hoy añoro. 
En lo académico aún recuerdo quién se jugó el puesto y me dio mi certificado con calificación mínima, para ingresar a mi nueva etapa. En su rostro estaba dibujada esa imagen de: “no cumplirá”. Al mes, regresé y le comprobé que pase ese extraordinario examen casi con honores. Su sonrisa y el abrazo fuerte aún los conservo en la memoria. Me enseñó a aprovechar las oportunidades.
Recuerdo aquella vez que me viste dudando de mí, y solo por una corazonada me diste la oportunidad de hablar en público para despedir a los compañeros egresados que en su momento, me enseñaron lo que es la amistad y compañerismo, después del acto pude ver tu sonrisa y un suspiro de satisfacción. Me enseñaste a confiar en mí y a dar lo mejor de mí. 
Me llega el recuerdo del maestro estricto que no se doblegaba ante nada, pero un día tuvo en sus manos el cumplir con su trabajo y truncar mi carrera; y, ¡oh sorpresa!, me dio la oportunidad de seguir adelante en lo académico. Aún recuerdo esas lágrimas de alegría al colocar en tus manos mi cédula y mi título profesional, cumpliendo mi palabra, me enseñaste que hay momentos donde debemos ser flexibles ante la vida.
En lo laboral, aún recuerdo aquellos con quienes conviví, aprendí, y crecí profesionalmente y que siempre me dijeron de frente su sentir. Y aún después del tiempo, estuvieron pendientes de mí, y hoy solo escucho su voz en mis recuerdos. 
En lo deportivo recuerdo cuando te conocí, carácter fuerte, obsequiando pavos que tú mismo pagabas. Me enseñaste a compartir un poco de lo poco que se tiene. Aún recuerdo aquella corredora de pelo chino que emocionada tomaba fotos de los eventos, y que tenía un gran porvenir del podio. Y camino a la Paz, encontró la paz en su interior. 

DEJARON SU HUELLA
Recuerdo aquella dama ciclista que derrochaba emoción por integrarse al equipo de atletismo, junto con su pareja y compañero PEDA-ATLETA. Un accidente no permitió tenerte físicamente y con la pena hizo que tu compañero también partiera. 
Aún recuerdo aquel señor enfermo con muleta, que se quejaba de todo, pero tenía un gran corazón y una pena que pocos sabían, también a aquel joven de casco en su cabeza, acompañado de su hermano sin saber el motivo y hoy solo los añejos los recuerdan.   
Al igual que aquella  joven como una guerrera, promesa atleta que inesperadamente el cronómetro de su tiempo paró en seco. También recuerdo a aquel joven talentoso y ‘amiguero’, hijo único y deportista, cuya madre dio todo por mantener su memoria en alto y que hoy ambos se encuentran juntos por la eternidad. 
Viven en mi mente aquellos que para algunos fueron anónimos deportivamente hablando, aquel señor de apellido Quezada Inowe, cuyo anonimato deportivo lo rompía en los máster. Los hermanos Gonzales Rodríguez  que cada uno traía su granito de arena. El cantautor güero de ojos verdes que corría 21 kilómetros empujando la silla de ruedas de alguien, cumpliendo el sueño a terceros. 
Viven los recuerdos de Don Chuy, aquel hombre gritón que con su cámara emocionaba a muchos y con sus chocolates aceleraba a otros, pero motivaba como ninguno. Y que decir de aquel hombre ‘cabecita de algodón’, que conquistó los podios de primeros lugares en su categoría, licenciado de profesión y atleta con pasión. Y recientemente los jóvenes y no tan jóvenes que sorpresivamente han partido, dejando recuerdos en sus equipos. 
Recuerdo a Miguel P. joven talentoso en el atletismo y sólo buscaba un voto de confianza para salir de los malos pasos, pero el mal camino cobró su vida. Aún recuerdo al ‘amiguis’ Víctor y su voz refinada, al tamalero con su fiel playera, al banquero con su peculiar sonrisa, al de la tiendita rumbo al cañón con sus historias deportivas. Al hombre de hierro y su sencillez, al ‘Chilinguis’ con sus anécdotas del Capufe, la breve platica con Ernesto Canto, la enseñanza de Miguel Gaytán, y muchos más compañeros atletas que ya no están físicamente con nosotros. pero que, en mi persona, han dejado un gran momento para continuar Siguiendo la huella pero, Corriendo sin prisa, recordando sus memorias como dijera Armando Castañeda. 


 

...