CON ADN DEPORTIVO 

Peleando la buena batalla

Por: Ángel Domínguez Niebla
lunes, 18 de septiembre de 2023 · 00:00

 Una de las funciones que nos echamos a cuestas los padres es tratar de predicar con el ejemplo al inculcar a los hijos valores y principios para que no cometan los mismos errores que nosotros durante la juventud y encauzarlos a llevar una vida plena, tranquila.
Uno puede ir trazando el camino, pero suele haber uno de ellos que es aventurero, decidido a experimentar y seguir los pasos de algún “amigo” que admiren porque siempre traen dinero, sin importarle la procedencia.
No importa la posición social o grado académico, las tentaciones siempre estarán a su alcance y si están vulnerables, suelen ser presas fáciles.
En lo personal, en mis años de secundaria, preparatoria y universidad, tuve varios amigos con afición a las sustancias, gracias a Dios todos ellos respetuosos y nunca intentaron involucrarnos.
Además de que fui muy miedoso de poder engancharme, ya sea en el alcohol o en la droga, razón por la que opte por sacarles la vuelta sin detenerme a “probar”.
Ahora, con el poder de las redes sociales, legalización del uso “lúdico” de la mariguana y la introducción de otras sintéticas, la situación se ha complicado y la mayoría hemos tenido que librar la batalla para sacar a algún familiar de las garras de los narcóticos.
Con la finalidad de tenderles la mano y apoyarlos de manera incondicional, una de las opciones es ingresarlos a un centro de rehabilitación que les permita recapacitar y dar un giro a su vida.
Al principio no era partidario de esa alternativa, debido a las relaciones que se pudieran dar en el interior, donde los guían y asesoran para decir No a las drogas, no así el tabaco que es lo que predomina.
Hasta que recapacitamos y de rodillas rogamos a Dios por sabiduría y fuerzas para que ambos podamos continuar en esa dura batalla que deja cicatrices. 
Ya sea en el anexo o en ocasiones en prisión, suele llegar ese momento de inspiración, un toque celestial que los lleva a abrir su corazón a través de un escrito.
Habemos quienes orgullosamente los vemos progresar y presumimos que uno o dos o tres seres queridos la libraron – tal vez no al 100 por ciento, pero dejaron de delinquir- y los vemos entregados a su trabajo, estudios universitarios o a su iglesia.

Esta columna nació después de recibir y leer una carta enviada por un interno a su madre en su cumpleaños:
Carta a una madre que un día se sentía derrotada y que Dios la levantó y le dio el don de soportar a un hijo que por su problema primero hacía cosas y después pensaba, a un hijo que hacía las cosas que no quería hacer, a un hijo que un día pensando que todo estaba perdido buscó la muerte y no la encontró y lo que encontró fue una escritura que decía: “De lo vil y menospreciado de este mundo, levantaré para avergonzar a aquellos que se creen que están arriba, por eso el reino de Dios se hace fuerte y los valientes lo arrebatan”.
Gracias a Dios y Jesucristo estoy nuevamente libre de toda cadena de drogadicción porque Cristo rompe las cadenas.
Te mando muchos saludos en este día, tu hijo que te quiere mucho y que cada día te ama mucho más y le doy gracias a Dios por darme más amor para todos. 
Que Dios te bendiga mamá, te proteja, te dé muchos años más de vida, es el deseo de tu hijo que te manda muchos besos.

“Gloria a Dios por los hijos rebeldes, porque cuando los padres están arrodillados, los hijos están de pie y sus sueños se harán realidad”.
Pablo Olivares 
 

...