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Triunfa diversidad política en EU

Las elecciones legislativas rompieron récord de participación; además, se presentaron varias “primera vez” en la historia: un gay, la más joven y una musulmana. Fueron unos resultados divididos para una nación dividida
jueves, 8 de noviembre de 2018 · 00:00

AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

Estas elecciones legislativas no sólo batieron el récord en participación, sino también por los muchos “primeros” en la historia de Estados Unidos.

El demócrata Jared Polis fue elegido ayer como gobernador de Colorado, convirtiéndose en el primero abiertamente homosexual que gana el puesto.

Asimismo, Alexandria Ocasio-Cortez cumplió con las expectativas y ganó el distrito 14 de Nueva York. De 29 años, nacida en el Bronx y de madre puertorriqueña, será la congresista más joven del país.

La razón de su victoria la compartió ella misma en Twitter, donde subió una foto de unos zapatos agujereados.

“Algunas personas dicen que gané por razones demográficas. Primero, eso es falso. Ganamos con votantes de todas las clases. Segundo, aquí está mi primer par de zapatos de campaña. Llamé a puertas hasta que la lluvia atravesó las suelas”, escribió.

Por otro, la demócrata Rashida Tlaib, de origen palestino, es la primera musulmana en la Cámara de Representantes por el distrito 13 de Míchigan.

A pesar de que su victoria estaba asegurada tras la retirada de su contrincante John Conyers, el nombramiento de Tlaib marcó un hito en la política estadounidense.

También lo hizo el triunfo de la somalí-estadounidense Ilhan Omar, quien ganó un asiento en la Cámara baja por el distrito 5 de Míchigan.

Los triunfos demócratas se enmarcan dentro de la guerra del presidente Donald Trump contra los migrantes, una retórica que aumentó en las últimas semanas de la campaña legislativa al afirmar sin evidencias que, en la caravana de centroamericanos, viajan personas peligrosas procedentes de Medio Oriente.

UN PAÍS PARTIDO EN DOS
Desde los suburbios de Richmond, Virginia, hasta las calles de Chicago e incluso de Oklahoma City, un diverso elenco de candidatos demócratas -muchos de ellos mujeres y recién llegados a la política- arrebataron a los republicanos el control que habían mantenido por ocho años consecutivos en la Cámara baja.

Sin embargo, en una muestra de la profunda brecha política y cultural que vive el país y que ayudó a la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, el Senado se movió en dirección contraria gracias a una serie de batallas competitivas en Estados con una gran población rural como Indiana, Dakota del Norte, Missouri y Texas.

La esperanza que muchos demócratas albergaban de que candidatos jóvenes y progresistas pudieran conquistar bastiones conservadores acabó siendo una simple ilusión. Los republicanos, por su parte, vieron desaparecer ante sus ojos las posibilidades de mantener zonas suburbanas que antaño le habían brindado su apoyo.

La pérdida de la Cámara baja sirve como advertencia al Partido Republicano de que las reglas todavía aplican en la era Trump y de que su retórica agresiva contra los migrantes y afín a las teorías conspiratorias desincentiva el voto de los votantes más moderados.

Paralelamente, la debacle demócrata en el Senado supone una alarma para el Partido Demócrata, cuya base de apoyo concentrada en las zonas metropolitanas no resulta efectiva en una Cámara que otorga igual peso a Wyoming, un Estado rural de apenas 600 mil habitantes, que a California y a sus casi 40 millones de residentes.

Una muestra más de la división que reina en el país fue hecho de que 47 por ciento de los votantes externó una fuerte desaprobación por el presidente Trump, comparado con un 31 por ciento que expresó una fuerte aprobación.

“QUIEREN PAZ Y RESULTADOS”
“Todos hemos tenido suficiente división. El pueblo estadounidense quiere la paz. Quieren resultados”, indicó ayer la todavía líder de la minoría demócrata en la Cámara baja, Nancy Pelosi.

Horas antes de la victoria, Pelosi descartó en una entrevista con la cadena PBS que vayan a llevar a cabo un juicio político para buscar la destitución del presidente y prefirió mostrarse como el freno de las políticas abusivas de los republicanos y la defensa del acceso a la sanidad pública.

Aunque los demócratas no comiencen un proceso de “impeachment” contra Trump, como se ha especulado desde que llegara a la Casa Blanca, sí podrán tener el control de las comisiones de control de la Cámara Baja, impulsar leyes y abrir procesos de investigación y control de poder.

El triunfo de los demócratas vino de la mano de un número récord de mujeres candidatas, y los resultados muestran su efectividad: un mínimo de 90 fungirán en la Cámara de Representantes, el mayor número de la historia, 78 de las cuales pertenecen a esta formación.

Las elecciones también serán recordadas como las más costosas, con una factura que alcanzó los 5 mil 200 millones de dólares, en especial como resultado de las elevadas donaciones realizadas a las campañas, sobre todo demócratas.

Por otra parte, ambos partidos lograron importantes victorias a nivel de gubernaturas, las cuales jugarán un papel decisivo cuando en 2020 se redibujen las fronteras electorales. La formación que controla el Estado durante este proceso habitualmente consigue una distribución más ventajosa.

Concluida la carrera por las legislativas estadounidenses, inicia la maratón por las presidenciales. Y es que este país vive en un estado constante de elección.

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