El Mundo

Adiós a fallecidos en accidente aéreo

lunes, 16 de diciembre de 2019 · 00:00

AP
Santiago de Chile

Con misas paralelas en Santiago y la ciudad sureña de Punta Arenas, la Fuerza Aérea chilena despidió ayer a los 38 fallecidos del accidente de un avión militar con destino a la Antártida.

Las misas ofrecidas en la Base Aérea de Cerrillos en Santiago y Chabunco en Punta Arenas -3 mil kilómetros al sur de la capital- fueron privadas para los familiares de las víctimas. La institución dijo en su cuenta de Twitter que buscaba acompañar “espiritualmente, en estos momentos de gran dolor” a los parientes de los fallecidos.

El Gobierno chileno decretó duelo nacional el sábado y domingo, por lo que todas las banderas de edificios públicos ondeaban a media asta.

La Fuerza Aérea informó que puso a disposición de los familiares un amplio equipo de psicólogos, psiquiatras, médicos, enfermeros, asistentes sociales y abogados.

IDENTIFICAN CUERPOS
Muchos de los familiares de las víctimas se desplazaron a Punta Arenas en los últimos días para participar en los procesos de identificación de los restos encontrados mediante pruebas de ADN, que realiza el Servicio Médico Legal de la ciudad.

Hasta esa ciudad sureña se trasladaron los restos humanos, mientras que los de la nave fueron llevados a la base aérea de Chabunco, en donde serán analizados como parte de las investigaciones para determinar las causas del fatal accidente.

La aeronave se accidentó en su trayecto de Punta Arenas a la base aérea Eduardo Frei en la Antártida el pasado domingo.

Los restos del Hércules C-130, uno de los aviones considerados más seguros en el mundo y que transportaba 17 tripulantes y 21 pasajeros -incluidos tres civiles- fueron encontrados tras días de búsqueda en el área conocida como Pasaje de Drake, una de las más peligrosas del mundo para sobrevolar o navegar.

Allí confluyen los océanos Atlántico y Pacífico y comienza la península Antártida, conocida por sus extremas y cambiantes condiciones meteorológicas.

FALLA EN 2016
La Fuerza Aérea confirmó el sábado que el avión siniestrado había tenido una falla en el tren de aterrizaje en la misma ruta en abril de 2016, y que el piloto decidió no terminar el trayecto y regresar a Punta Arenas en ese momento por “razones de seguridad”.

Las labores de búsqueda de otros restos del avión accidentado continuaban el fin de semana con ayuda internacional, según informó la entidad militar. Detalló que se recibieron hasta 107 imágenes de satélites nacionales e internacionales.

Pero las condiciones climáticas no eran buenas para la tarea de recoger más restos del mar, que se hallan mucho más esparcidos, hasta 105 kilómetros más allá del punto original de los que se encontraron en el principio, debido a las corrientes. Además, la tarea se ve dificultada por las olas de hasta 3 metros que se producían en la zona.

El Hércules C-130 no dio ningún aviso de problemas técnicos o climáticos antes de desaparecer. Su mantenimiento técnico estaba al día, según las autoridades. Los dos pilotos contaban con una amplia experiencia reconocida internacionalmente y eran instructores de ese tipo de aeronaves.

 

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