El Mundo

Piden justicia por los desaparecidos

lunes, 9 de septiembre de 2019 · 00:00

AP
Santiago de Chile, Chile

Incidentes violentos aislados estallaron ayer entre fuerzas del orden y encapuchados, al final de una marcha organizada por los familiares de los detenidos y desaparecidos durante la dictadura de Augusto Pinochet.

En esta ocasión, se conmemoró el 46 aniversario del golpe militar que en 1973 cambió para siempre el destino de Chile y, como cada año, antes del 11 de septiembre desde que volvió la democracia, la romería es un espacio para reclamar justicia y homenajear a aquellos que desaparecieron o fueron ejecutados por sus ideas políticas.

Aunque la marcha transcurrió con tranquilidad por el centro de Santiago, los incidentes violentos se concentraron en las inmediaciones del Cementerio General, donde un grupo de encapuchados lanzó bombas molotov y piedras a la Policía chilena.

Los policías habían penetrado en espacios considerados sagrados por los familiares, lo que generó la molestia de los presentes.

“La actitud de Carabineros este año fue mucho más dura, impidiendo estos homenajes que parece que a la derecha, al gobierno de derechas de Sebastián Piñera, le duele y le molesta que le recuerden que aquí hubo terrorismo de Estado por 17 años, que ellos fueron cómplices, muchos activos y pasivos, y que tenemos ese derecho de rendirle homenaje a aquellos que no están físicamente”, explicó a The Associated Press Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares Ejecutados Políticos, quien se quejó de que se impidiera llevar a cabo parte del acto cultural del homenaje dentro del cementerio.

Los disturbios se convirtieron en protagonistas y opacaron una jornada de reflexión, reivindicación y homenaje.

IMPUNIDAD DE AYER, INJUSTICIAS DE HOY
“La impunidad de ayer es la causa de las injusticias de hoy” rezaba la gran pancarta que abría la romería y que atraviesa la Alameda, la gran avenida que cruza Santiago. Detrás de la pancarta se repiten caras familiares que llevan años luchando para que Chile como Estado sea más activo en reconocer y compensar a aquellos que sufrieron lo peor de la dictadura.

La convocatoria, que reunió el domingo a miles de personas, tuvo un tono festivo.

Lo que distinguió este año a la romería homenaje “a nuestros héroes, a nuestro presidente de la República, es el tono festivo porque habla de la memoria, reivindicamos la lucha del pueblo chileno, pero también el legado y la vida de nuestros compañeros ejecutados políticos y detenidos desaparecidos. Para nosotros, este homenaje tiene que ver con el presente, el futuro y la memoria”, recordó Lira, quien destacó que durante la marcha se reprodujeron a través de parlantes los discursos políticos del entonces presidente Salvador Allende.

“Tiene que ver con la memoria que sigue vida en la reivindicación, en los homenajes” pero también con el presente y n los crímenes contra los derechos humanos que aún se cometen en la actualidad, explicó. “Exigimos verdad y justicia para las víctimas de la dictadura y la democracia”.

HAY “NEGACIONISMO”
La activista también se refirió al “negacionismo”, que en estos momentos es un proyecto de ley que se debate en el Congreso y que busca penalizar a aquellos que nieguen lo sucedido. La marcha se contextualiza en este tiempo de “negacionismo” que, según lira, existe por parte “de la derecha y del gobierno” que aún niegan a los casi mil detenidos desaparecidos.

Por eso siguen reclamando, ahora como hace décadas, “verdad en el tema de saber los crímenes, saber qué pasó con los detenidos desaparecidos y justicia en los casos que se lleven a la Corte Suprema contra los criminales”. Además exigen “no más criminalización hacia el pueblo migrante que es parte también del pueblo chileno y las medidas represivas, no a la negación de lo que pasó en este país”.

“¿Dónde están?”, la gran pregunta sin respuesta, o “Yo no olvido, exijo justicia”, son algunos de los otros carteles que se repiten en la convocatoria, en la que también aparecen fotografías de aquellos que desaparecieron y cuyos restos nunca fueron encontrados.

‘NI PERDÓN NI OLVIDO’
Casi medio siglo después, los reclamos de los familiares de aquellos que ya no están, siguen siendo los mismos “Ni perdón, ni olvido”.

La estatua de Salvador Allende cerca de La Moneda, como siempre durante estas fechas, se volvió a llenar de ramos de flores, muchos de ellos claveles. La puerta por la que entraba el mandatario al palacio presidencial, situada en la calle Morandé, también se llenará de flores y de velas en un homenaje silencioso, pero siempre presente, sobre las heridas que aún permanecen muy abiertas en la sociedad chilena.

“A pesar de ser una fecha dolorosa que va a ser el 11 de septiembre lo reivindicamos con amor”, señaló Lira.

Estos homenajes pasan desapercibidos en medio de la indiferencia de muchos medios de comunicación locales y nacionales, y de una buena parte de la sociedad chilena que prefiere mirar hacia otro lado y pensar que algunas de las aberraciones vividas en ese período nunca se existieron.

La cruenta dictadura de Pinochet (1973-1990) inauguró un largo período de violaciones a los derechos humanos y dejó un saldo oficial de más de 40 mil víctimas y 3 mil 065 opositores muertos, incluidos más de un millar de detenidos desaparecidos, según un informe de 1991 de la Comisión de Verdad.

 

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