El Mundo

Prende pandemia alerta por suicidio

Alquien que piensa en quitarse la vida no es egoísta ni desea hacer daño a su familia, sino que experimenta un profundo dolor y necesita comprensión
lunes, 14 de septiembre de 2020 · 00:00

AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

El acompañamiento de un ser querido, expresado en una llamada telefónica, un mensaje esperanzador o hasta con ayuda económica, tiene el potencial de salvar la vida de una persona que contempla el suicidio.

Ese individuo que piensa en quitarse la vida no es egoísta ni desea hacer daño a su familia, experimenta un profundo dolor y necesita comprensión, afirma Ana María Solbes, directora de Ingenium, asociación que promueve la salud mental.

“Hay que ofrecerle esperanza a la persona que se quiere suicidar, esperanza de cualquier forma y por todos los medios posibles”, asevera.

La atención a este tópico y a la salud mental en general es esencial en medio de la pandemia de Covid-19 que trajo un nuevo estresor y desencadenó una crisis sanitaria y económica.

De acuerdo con cifras de 2017 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los mexicanos entre 20 y 24 años ocupan la tasa más alta de suicidio en el país: 9.3 por cada 100 mil jóvenes. Además, el riesgo para los hombres de ese grupo es mayor, puesto que su tasa es de 15.1 por cada 100 mil.

“Se ha llegado a relacionar que 1 de cada 5 personas que cometen suicidio lo hacen por alguna causa económica”, ahonda Mariana Villarreal, psiquiatra y miembro activo de la Comisión Estatal de Prevención de Conductas y Actos Suicidas.

Esto es relevante por la aguda situación de desempleo que trajo el Covid-19 a nivel local, nacional e internacional.

MULTIFACTORIAL
Hay múltiples factores que explican el doloroso fenómeno del suicidio, dice la médica Villarreal.

Las personas víctimas de violencia, por ejemplo, son más vulnerables, al igual que quienes abusan de alcohol y/o drogas, o padecen una enfermedad crónica y/o degenerativa. Obviamente afecta el tener un trastorno psiquiátrico de base, como depresión o bipolaridad.

Y por depresión, aclara, no se refiere a una tristeza pasajera, sino a un periodo prolongado en el que la persona no tiene ganas de hacer nada ni encuentra placer en actividades que antes le alegraban y se aísla.

En el suicidio existen, además, factores hereditarios. En resumen, combina la genética con los elementos sociales y psicológicos. Quien toma esta elección, no lo decide de un momento al otro, sino que gesta la idea durante meses o años.

También el miedo de enfermarse y morir que generó en muchos el nuevo coronavirus puede influir en el fenómeno del suicidio, ahonda el psiquiatra Adrián Ortiz.

“El distanciamiento social afecta el estímulo de convivencia, de estar con los familiares y los amigos. Los adultos mayores, por ejemplo, se están quedando solos, sin visitas, y eso impacta.

“Otra situación a considerar es que estudios, sobre todo hechos en China, han descrito que en el periodo de convalecencia de la enfermedad, es decir, una vez superada, hay aumento de síntomas psiquiátricos y es amplia la variedad, desde insomnio hasta depresión leve”.

Puede ser que, especialmente los pacientes con los peores cuadros de Covid-19, como los que necesitaron intubación, sufran estrés postraumático, reviviendo los momentos de mayor dificultad.

“Puede pasar que llegan a un punto extremo, una ansiedad extrema. El paciente no se quiere matar, pero no ve otra salida a este malestar que le agobia”, explica el autor del libro El suicidio. Diagnóstico y tratamiento: Dando una luz en la oscuridad.

Igualmente, añade, el personal médico está saturado y muchos no han visto a sus familias en un largo periodo por miedo a infectarlos. Por si fuera poco, ven con impotencia la acelerada pérdida de pacientes a pesar de sus mejores esfuerzos. Todo esto puede desencadenar problemas de salud mental.

PARA PREVENIR
De cara al suicidio y a problemas de salud mental en general, lo mejor es prevenir, dice la directiva Solbes.

“Lo podemos hacer teniendo información actualizada y científica sobre qué son las enfermedades mentales y qué podemos hacer para evitar que se detonen, como mantener la buena actitud, comer bien, ejercitarse y cuidar de nosotros mismos y los otros”.

Sobre el suicidio, señala que el hablar del tema, lejos de empujar a la consumación del acto, se da el potencial de salvar vidas. En este punto, el involucramiento de familiares y amigos resulta esencial.

Ellas y ellos pueden estar al pendiente de los focos rojos.

El paciente expresa pensamientos de desesperanza, deseos de morir y de dejar de ser una carga para su familia, deja de tomar sus medicamentos, en caso de tenerlos, y se despide de los otros, por mencionar ejemplos.

Pero, ¿qué hacer en esos escenarios? Una opción es emplear la técnica PCR, desarrollada por el psicólogo Paul Quinnett, cuyas siglas refieren a “Preguntar-Convencer-Referir”.

En el primer paso se le cuestiona en privado y directamente al ser querido si se ha sentido infeliz últimamente, si quisiera dormir y no despertar, y si desea dejar de vivir.

Se debe escuchar con atención y sin juzgar. Posteriormente, se hace el ofrecimiento de ir a ver a un especialista o llamar a uno, para después poner este plan en acción.

Si bien la aplicación de la técnica PCR involucra hablar cara a cara, algo complicado en la actual contingencia, la directiva de Ingenium invita a utilizar los medios que estén al alcance.

“En caso de que se pueda hacer personalmente, que así sea. Si tenemos al alcance el teléfono, con el teléfono; si tenemos Zoom, con Zoom. También podemos escribir mensajes de WhatsApp. Nosotros hemos utilizado hasta las redes sociales”.

Si percibes que una persona está en riesgo de hacerse daño, pide ayuda a un centro o profesional capacitado. Mientras tanto, no permitas que ingiera alcohol o drogas, no la dejes sola y retira las cosas con las que se pueda lastimar, como armas, pastillas, cinturones o sogas.

Tu ayuda es vital.
 



Método de ayuda
La técnica PCR (Pregunte, Convenza y Refiera) tiene el objetivo de ofrecer esperanza a la persona. No se requiere entrenamiento para aplicarla. Esto no es el equivalente a un tratamiento, sino que se realiza mientras se espera la ayuda de un profesional.

+ Pregunta en privado y directamente: ¿Te has sentido infeliz últimamente?, ¿alguna vez deseas ir a dormir y ya no despertar?, ¿quieres dejar de vivir?

+ Convence a la persona a que acepte ayuda, utiliza frases como: “¿Te gustaría que te ayude?” o “te puedo acompañar a...”. Ofrece mensajes de esperanza y concéntrate en otras soluciones para el problema de la persona.

+ Refiere a esa persona con un especialista de la salud.

 

¡No estás solo!

Puedes encontrar apoyo en este teléfono:

800-911-2000
Línea de vida 24 horas. Comisión Nacional Contra las Adicciones / Secretaría de Salud federal
 

 

 

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