El Valle

YO SOY SAN QUINTÍN

lunes, 6 de noviembre de 2017 · 00:00

“CLARO COMO EL AGUA”

La mejor forma de demostrar que se tiene la razón es dejar a la vista los hechos de tal forma que el juicio que se obtenga corresponda a la verdad. Decir que se tiene la razón y pretender que crean en mi versión, sólo porque yo lo digo, o pido a mis iguales que lo hagan por mí, no es la mejor receta.

La campaña que el Gobierno del Estado está llevando a cabo, para ganar confianza y el respaldo social a los proyectos que pretende impulsar el gobernador Francisco Vega, sigue tomando el camino fácil; informar parcialmente a la ciudadanía haciendo referencia a las necesidades que se tienen, asustándolos con el petate del muerto.

Por desgracia, no hay verdades absolutas en estos temas, en los que se mezclan obra pública, funcionarios de gobierno con una pésima reputación y muy bajos desempeños, una famélica credibilidad en las instituciones que no logran ganar un ápice de confianza en lo que hacen.

Seguramente, después de ver a “Ciudadanos” identificados plenamente con el partido en el Gobierno y a uno que otro, si no es que a muchos funcionarios, operando en redes sociales para ganar adeptos al proyecto de la desaladora de San Quintín, en contra parte de quienes no quieren que avances los proyectos en los términos que se conocen, no hacen más que incrementar la desconfianza.

Esto parece cada vez más una lucha de poder y de demostrar quién tiene mas fuerza política, para lograr o impedir el mayor negocio, o mejor dicho, quien se queda con la tajada del león. Pero no se ve por ninguna parte que el Gobierno del Estado aclare o desvirtué con elementos sustentados y creíbles los señalamientos que han recibido respecto de las inconsistencias de cada uno de las obras a las que estamos haciendo referencia.

Se dice que el costo del agua será menor al que actualmente se paga por los servicios de pipas, como si eso fuera una respuesta satisfactoria, no se habla de cultura del agua, de reaprovechamiento del recurso, del uso de medidores en todas las tomas de la red urbana, de tarifas domésticas, comerciales e industriales, de si habrá o no, subsidios a las tarifas, a cuales sectores y por qué y cuanto serán.

De pilón, ponen a la municipalización de la región como un hecho que depende de la desaladora y el “negocio”, perdón, proyecto que impulsa la administración estatal. No se puede negar que desde su inicio el actual gobernador condicionó el abastecimiento del agua en la región de San Quintín, para darle para adelante al proceso se municipalización.

Sí cumplió, hasta hoy el proceso no ha avanzado y el abasto del agua se ve todavía muy lejos de que ocurra. A la vista sólo se tiene la desesperación por lograr el voto de los diputados y a unos cuantos panistas disfrazados de ciudadanos abogando en favor de lo que debería ser “claro como el agua” como rezaba el eslogan de la Cespe de hace ya casi veinticinco años, cuando llegó a la región para atender el desabasto de aquel entonces, que por cierto persiste y va en incremento.



 

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