El Valle

YO SOY SAN QUINTÍN

lunes, 26 de marzo de 2018 · 00:00

TEMPORAL

Esperar a que el tiempo transcurra y que los eventos sólo ocurran uno tras otro, estimando las posibilidades, igual que en los cultivos de temporal, basados en la esperanza que cada temporada trae consigo, preparar la tierra, tirar la semilla y esperar las lluvias, estar pendiente del desarrollo del cultivo hasta el momento de cosecha, para echar a andar la maquinaria necesaria para levantar la producción.

Así funcionan los tiempos de campaña, como en las siembras de algunos granos, en lo que las trilladoras sólo se echan a andar en el momento necesario, se cumple la tarea y se vuelven a arrumbar hasta la siguiente ocasión.

Paradójicamente, en nuestra zona aún funciona de esta forma para algunos productores, los menos afortunados que no han logrado reunir los elementos necesarios, para generar los productos más rentables que les permita no depender de los temporales.

Por otra parte, si me lo permite, podemos utilizar esta analogía para el otro sector de la población que espera los tiempos de campaña y ver si en esta ocasión la estación rinde los frutos que tanto hemos esperado.

Al inicio de la presente administración estatal, a cargo de Francisco “Kiko” Vega, el mandatario estatal refirió sus planes para resolver uno de los principales problemas de la zona que, en opinión de muchos, ha detenido el desarrollo de nuestros valles agrícolas y de las poblaciones existentes.

Prácticamente en la recta final de este periodo, las posibilidad están a la vista, algunas acciones dejan ver la posibilidad de que esta vez las condiciones sean benéficas y le permita a los ciudadanos sanquintinenses “cosechar” algo de lo que tanto se ha pedido.

La problemática que ha enfrentado el Gobierno del Estado para aterrizar sus planes con los proyectos de las “Desaladoras del gobernador”, siguen dando de qué hablar, los señalamientos sobre sus formas han atorado el fondo. En la más reciente visita del gobernador a San Quintín, se mostró optimista y mencionó que los “tramites” necesarios para el proyecto de la desaladora, están en su etapa final.

Por otra parte, días antes, Carlos Loyola, responsable del desarrollo de este proyecto reconoció que si bien hay avances importantes por una parte, en otras, el atraso es considerable. Como siempre, el lenguaje y los discursos oficiales no son claros, se pretende dar el mensaje de que las cosas siguen su curso normal; pero entre líneas, se deja ver la posibilidad de que las cosas pueden no resulten como se dice, así como dejando una salida de emergencia en caso de contingencia, a través de la que se pueda salir y exculpar la responsabilidad que se tiene al realizar contratos a largo plazo, de ejercer grandes montos de dinero en obra pública que no será concluida y de la que de alguna forma es incierta aún su realización.

Esperemos pues, que la presente “temporada electoral” ayude a que las cosas fluyan en el sentido que esperamos y que el temporal sea bueno y nos permita cosechar lo que por tanto tiempo hemos esperado.



 

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