Miradas

Aligeran tono de los premios

El ambiente alegra pareció regresar a los Globos de Oro casi por completo, luego que la edición de 2018 estuviera marcada por movimientos contra el acoso sexual
martes, 8 de enero de 2019 · 00:00

AP
Beverly Hills, California

Los Globos de Oro parecieron retomar su ambiente trivial y alegre de siempre por completo, hasta que Regina King logró lo imposible: que la orquesta dejara de correrla del escenario con música. Ni Lady Gaga tuvo tanto poder.

King usó su plataforma en el escenario al recibir el premio a la mejor actriz de reparto por If Beale Street Could Talk poner el foco en Time’s Up x 2, el segundo año del fondo para defensa legal creado tras los escándalos de violencia sexual que sacudieron a Hollywood.

“Entendemos que nuestros micrófonos son grandes y hablamos por todos”, dijo la actriz antes de prometer que para cada proyecto que produzca en los próximos dos años se contratará al menos a un 50 por ciento de mujeres. “Y reto a todo el que esté en una posición de poder no solo en nuestra industria, en todas las industrias, los reto a que... nos apoyen en solidaridad y hagan lo mismo”.

Terminó siendo uno de los raros momentos en que se detuvo el show. Tras una gran muestra de solidaridad hacia las mujeres en la gala del año pasado, cuando grandes actrices recorrieron la alfombra roja vestidas de negro junto a importantes activistas en apoyo al movimiento por la igualdad de género Time’s Up y al movimiento #MeToo contra la violencia sexual, los pronunciamientos esta vez no fueron colectivos sino individuales.

“Todo menos sexo”
Varias actrices, entre ellas Gina Rodríguez y Rachel Brosnahan, llevaron listones de Time’s Up x 2 en la alfombra roja; Patricia Clarkson dijo que su director en Sharp Objects Jean-Marc Vallee le “exigió todo menos sexo, que es exactamente cómo debería ser en nuestra industria”; Glenn Close exhortó a las mujeres a que “busquen su realización personal” y sigan sus sueños.

Los Globos de Oro del domingo podrían ser una señal de que las ceremonias de premios en general regresarán a lo habitual: el comentario político sarcástico (Christian Bale le agradeció a Satán por inspirarlo para su interpretación de Dick Cheney e insinuó que Mitch McConnell sería otro buen personaje “sin carisma” que interpretar), así como los chistes sobre el mundo del espectáculo (Oh y Andy Samberg dijeron al unísono “¡algún suertudo entre el público será el maestro de ceremonias en los Oscar!”).

Harrison Ford presentó el premio al mejor director y, a diferencia de Natalie Portman, quien lo entregó el año pasado, no señaló que todos los nominados eran nuevamente hombres. Patricia Arquette, quien hace tres años pidió igualdad salarial al recibir el Oscar a la mejor actriz de reparto, mantuvo su discurso dentro de los estándares de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA por sus siglas en inglés) al agradecer a las otras nominadas y a su productor (aunque incluyó dos groserías). Y tras dos años en los que Meryl Streep y Oprah Winfrey se robaron el show con sus discursos de aceptación del el Premio Cecil B. DeMille a la trayectoria, el agasajado de este año, Jeff Bridges, ofreció un discurso sincero, nostálgico e interesante que abarcó de todo, desde Peter Bogdanovich y los hermanos Coen hasta los domos geodésicos. Incluso Carol Burnett, la primera galardonada con un nuevo premio a la trayectoria en la televisión que lleva su nombre, se mantuvo en el pasado al decir que su programa nunca hubiera sido producido hoy.
 

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