MIRADAS

Tres almas rocanroleras

Three Souls in My Mind forma parte de la historia musical mexicana; desde su participación en Avándaro hasta los hoyos funky, la banda influenciada por el blues y el rock and roll del norte determinó una época en el género
jueves, 20 de junio de 2019 · 00:00

J. Domingo Domínguez/COLABORACIÓN*

dominguezjosue2@gmail.com | Ensenada, B. C.

 

Al final de la década de los 60, México atravesaba una accidentada revolución económica, política y social: en 1968 la represión estudiantil en Tlatelolco y la celebración de los Juegos Olímpicos mostraron un país de extremos.

Entre los cafés cantantes de esta época y la rondalla escolar de secundaria, Alejandro Lora y Carlos Hauptvogel forman Three Souls in My Mind, banda con la que versionan temas de Cactus, Grand Funk Railroad, y The Rolling Stones, entre otras agrupaciones.

Influenciada por corrientes musicales como el blues y el rock and roll que llegaban del norte, la banda tiene su austero inicio bajo la llamada onda chicana, con Lora en el bajo, Hauptvogel en la batería, y Ernesto de León en la guitarra.

 

Suben al escenario

Apantallado por el mundial de futbol México 70, y maravillado ante el fin del Milagro mexicano, al son de otra devaluación, y al ritmo de El Halconazo en 1971, en el país se llevó a cabo el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro, un “Woodstock mexicano”.

El festival de Avándaro superó las expectativas de los asistentes que saturaron la zona y sus caminos, los competidores que se quedaron sin carrera, la escandalizada sociedad mexicana conservadora, el mismo gobierno, y los organizadores que terminaron declarando ante la PGR.

Fue tanta la concurrencia al concierto que una de las estrellas principales del festival, Javier Bátiz, quedó atorado en el tráfico de la carretera por las miles de personas que querían rocanrolear.

Es en este momento cuando Three Souls in My Mind deja los cafés cantantes, las fiestas privadas y los festivales escolares para dar su primera presentación importante.

El Three Souls tomó el lugar de Bátiz en el escenario y se convirtió en un fenómeno masivo para jipitecas y onderos, jóvenes de la contracultura en una versión nacional de la onda hippie gringa, con vestimenta indígena y gusto por el rock.

 

Al fondo del hoyo funky

El festival de Avándaro fue visto como un fenómeno de desenfreno y libertinaje, y dio inicio a la época oscura del rock and roll mexicano.

Con represión y censura, el resto de la década de los 70 varias agrupaciones fueron orilladas a la clandestinidad de los hoyos funkys en las periferias de la Ciudad de México, donde el Three Souls tomó fuerza mientras se daba a conocer de boca en boca y de tocada en tocada.

Luego de tres álbumes bajo la onda chicana, en 1976 el Three Souls lanza El Chavo de Onda, con 10 temas en español. La producción bajo el sello de la disquera Cisne Raff es sencilla, solo los tres instrumentos y la voz de Alex Lora.

El giro significó un contexto apegado a la ciudad de México, con temas como el que nombra al disco. “Chavo de Onda” describe la euforia y pasión por el género, desde la vestimenta, la actitud y la convivencia en los hoyos funkys: “Soy un chavo de onda y me pasa el rock and roll”.

De “Perro Negro” se cuentan varias versiones, una de ellas que es una visión de la sociedad hacia el chavo de onda, que rolaba por la ciudad sin oficio ni beneficio, “vagar y vagar sin conciencia y sin edad”.

Y ni hablar de los conflictos con la autoridad. En “Three Souls Boogie”, Alejandro Lora describe su acercamiento a “rocanrolear” y muestra las ganas que le quedaron de otro Avándaro.

Pero la canción que cerró al Three Souls las puertas mediáticas y le abrió un lugar entre la chaviza chilanga fue “Abuso de Autoridad”, una protesta a la censura que se vivía, musical y socialmente, manifestando el temor a la autoridad.

“Ya solo va poder tocar el hijo de Díaz Ordaz” acusaba al hijo menor del presidente Gustavo Díaz Ordaz, Alfredo, quien a pesar de ser un músico talentoso, se creía que tuvo privilegios para arrancar proyectos musicales como Love Syndicate y Renaissence.

“Abuso de Autoridad” marcó una generación y abrió paso a otras protestas similares que Three Souls entregó en cada álbum. Sus temas musicales fueron tan polémicos como algunas de sus acciones, tal es el caso del disco en vivo grabado en el Reclusorio Oriente en señal de protesta.

Al final de la década de los 70, la banda se disolvió entre excesos, hoyos funkys, problemas con la autoridad, y con la participación de “La Domadora” Chela Lora en su manejo y administración.

El Three Souls se separa a principios de los años 80, justo en 1984 cuando sale al mercado Simplemente, el primer álbum de El Tri. Según Lora, el nombre de su nuevo proyecto lo tomó de la gente, que así llamaba al Three Souls: “Va a tocar el tri”.

 

Simplemente Lora

Durante su continua actividad con El Tri los años posteriores a la separación, Alejandro Lora cargaba aún con la imagen y el legado de Three Souls, una inspiración para las emergentes bandas de rock nacional cuya irreverencia se refleja en bandas como Botellita de Jerez en los 80 o Molotov en los 90.

La música en general y el rock mexicano en particular, tiene distintas facetas, géneros e identidades sociomusicales. En el caso del rock urbano, los álbumes Chavo de Onda o Adicto al Rock de Three Soul son trascendentales.

Para conocer una poco de la historia no solo del rock, sino de México, recomiendo escuchar a Three Souls in My Mind. Como decían los LPs en aquella época, “El disco es cultura”.

 

Chavo de Onda/Three Souls in My Mind

Cara 1

  • -“Chavo de Onda”
  • -“Déjenos Gozar”
  • -“Lo Que Tú Me Das”
  • -“He Pensado Mucho”
  • -“Three Souls Boogie”

Cara 2

  • -“Todo Tiene Una Razón”
  • -“La Gitana”
  • -“Abuso de Autoridad”
  • -“Perro Negro y Callejero”
  • -“Viejas del Distrito Federal”

 

*El colaborador es comunicólogo y músico.

 

 

 

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