Miradas

Abundancia sensorial

Björk vació su Cornucopia en Parque Bicentenario, durante el primero de cinco shows que dará en la CDMX
martes, 20 de agosto de 2019 · 00:00

AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

Por definición, es un símbolo de prosperidad, mientras que en la mitología griega, significa el cuerno de la abundancia: el que concede todos los deseos. Pero en la mente de Björk, Cornucopia es un espectáculo sensorial, que combina la música con lo visual, que eleva la teatralidad clásica con tecnología.

No alardeaba la islandesa cuando llamó a su show un teatro digital o un concierto de ciencia ficción. Lo demostró la noche del sábado en el primero de cinco shows que dará en el Parque Bicentenario de la CDMX.

Bajo una gran carpa instalada en el lugar, la artista montó su producción, considerada hasta ahora la más elaborada de su carrera y que ya tuvo una corta residencia en el centro cultural The Shed de Nueva York.

Al entrar al inmueble se escuchaban sonidos de distintas aves, un guiño a Utopia, su más reciente álbum, y el que ha inspirado el espectáculo que arrancó a las 20:15 horas.

Un audio, primero en español y después en inglés, solicitaba al público no tomar fotos ni videos con el celular por tratarse de una distracción para la intérprete. Sólo unos cuantos no hicieron caso.

La introducción estuvo a cargo del coro mexicano Staccato, conformado por 27 jóvenes. Después, sobre la cortina que cubría el escenario, se proyectó una imagen de Björk.

El aplauso del público, formado por 3 mil 997 personas, retumbó, y fue aún más fuerte cuando a las 20:23 horas apareció la originaria de Reikiavik sobre el escenario para interpretar “The Gate”.

A partir de ese momento cobraron vida los visuales al compás de las notas, donde se mostró el trabajo que hizo la directora argentina Lucrecia Martel y donde las siete flautas, esas que según Björk suenan a jirafas albinas bebés, comenzaron a tener protagonismo.

A un costado del escenario estuvo la cámara de reverberancia, una cabina con una amplificación a la que se introdujo algunas ocasiones y desde donde incluso cantó algún tema.

Mensaje ecológico
El sonido fue de 360 grados, se escuchó por igual en toda la carpa. Las cortinas danzaron de un lado al otro, de par a par, las veces que sirvieron de lienzo para los videos de flores, formas y líneas.

Uno de los momentos más celebrados por el público fue cuando interpretó “Isobel”, éxito de 1995. El instante ameritó que la intérprete de 53 años bailoteara, y al final, lanzara un escueto “gracias” en español.

También envió un mensaje sobre el cambio climático, que se proyectó sobre las cortinas.

“Imaginemos un mundo donde la naturaleza y la tecnología colaboran. Y hacer una canción sobre ello. Una maqueta musical. Y movernos en ella”, decía el texto.

Para “Body Memory”, dos órganos tubulares descendieron del techo y la cantante se metió a una estructura que simuló ser una flauta circular.

“¡Te amo Björk!”, “¡cásate conmigo”, le gritó el público. Hasta “¡ni una más!” lanzó una fan, en referencia a los feminicidios y la violencia contra la mujer.

Con otro vestuario, confeccionados en su mayoría por la firma Balmain, entonó “Future Forever” para después presentar a los músicos y al coro mexicano, para después cantar “Notget”, pasadas las 22:00 horas.
 

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